Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 25 segundos

Yo no quiero ser fuerte ¿Para qué?

Todos hemos escuchado en medio de una situación difícil, la dulce palabra: Tienes que ser fuerte, ¿desde cuándo ser fuerte es una obligación en la vida? cuando estamos pasando por una situación que nos hace sentirnos vulnerables, ser fuerte es lo último que necesitamos escuchar. Lo único que necesitamos es sentir y darnos ese permiso, recuerdo cuando murió mi hermana muchos me pedían que fuera fuerte, que necesitaba estar fuerte. Yo no quiero ser fuerte, eso no me ayudará a quitar ningún dolor en mi vida.

Muchas personas hoy en día tienen que reprimir sus sentimientos y guardar sus emociones porque van por la vida creyendo que son superhéroes, que deben tener el control de todo lo que les pasa en la vida. Y cuando las cosas salen mal, no se dan el permiso de sentir, porque sentir para ellos es no ser fuertes. No somos más fuertes por ocultar lo que sentimos, creo que ahí es donde claramente podemos conocer más a las personas, cuando no les pesa mostrarse tal como son.

Cuando me veas triste es otra cara de quien en realidad soy yo.

Con el pasar del tiempo me he dado cuenta de que ser fuerte no es algo que necesito en mi vida. No nacimos con ningún poder para creer que siempre las cosas estarán bajo nuestro control.

No siempre las cosas estarán bien del todo

No todo estará bien y es válido que las cosas en ocasiones salgan de control. Es válido que la vida nos ponga a prueba y saque lo mejor que poseemos mediante las peores dificultades. Es válido no tener la menor idea de cómo seguirá nuestra vida de aquí en adelante, es válido aceptar que los demás tiene derecho a equivocarse. Es válido no tener respuestas para todo, cuestionarnos en muchas ocasiones y aprender de los errores.

No siempre las cosas saldrán como nosotros lo hemos planificado, es prudente reconocer que de aquí en adelante lo único que nos toca, es ser seres con sentimientos y no superhéroes. No poseemos ningún poder para cambiar las cosas que no podemos aceptar, no tenemos ningún poder para asimilar de la noche a la mañana aquello que nos hace daño.

Solo nos toca aceptar y reconocer que cuando algo nos duele, nos duele porque es la mejor señal para decirnos que algo en nosotros no está bien y que debemos aprender a centrarnos en esos que no podemos controlar. Muchas personas en medio del dolor han tenido que aprender a descubrir nuevas capacidades que desconocían de ellos, muchas personas exitosas iniciaron un nuevo proyecto mediante alguna pérdida o dolor en sus vidas. Por eso, saca tiempo para evaluar en medio de tu proceso como puedes sacar lo mejor que llevas dentro para comenzar algo que puede llevarte a un mejor lugar en tu vida.

Quítate la capa y sé más humano

Ir por la vida como que nada nos duele, es lo peor que nos podemos hacer. He conocido personas que le cuesta expresar sus sentimientos, ocultan lo que sienten y no sé dan el permiso de SENTIR. Quítate por favor esa capa de superhéroe y sé más humano. Quítate ese poder que no tienes. Deja de ir por la vida cumpliendo las expectativas de los demás y no cumplir las tuyas propias.  Céntrate un poco más en ir por la vida conectando contigo y con las cosas que sientes.

Siente y mucho, siente todo lo que puedas y quieras. No reprimas para nada tus emociones, no dejes que nada que te hiera se quede por mucho tiempo dentro de ti. Siente, pero siente para conocer qué cosas te hacer conectar con la tristeza en algunas ocasiones. Siente, libremente, sin llenarte de culpa por las cosas que han sucedido.

Y de ahora en adelante vive siendo tú

Ve viviendo con la libertad de ser tú mismo en todo tiempo. Eso es lo único válido que tenemos para no ir con tantas capas en la vida. Mostrarse tal como somos es la única seguridad que tenemos para dejar que nuestras emociones salgan libremente sin hacernos daño. No tengas miedo en mostrar quién eres cuando las cosas salen de control, no tengas miedo en vivir libre de prejuicios y creer que siempre necesitas ir por la vida siendo fuerte.

No necesitas ningún poder para vivir y cuando aprendemos esa verdad, nos damos cuenta de que el único poder que tenemos nosotros en la vida, es el de ser nosotros mismos en medio de cualquier situación difícil.

No te quedes tanto tiempo viviendo una vida que no te pertenece, las expectativas que le depositamos a los demás nos pueden hacer mucho daño. Por eso, date el mejor permiso que te puedes dar en toda tu vida, el ser tú mismo en todo tiempo y vivir en total libertad. Cuando vamos viviendo de apariencias cargamos una carga en nuestra mochila emocional que no nos pertenece. Libérate de todas esas culpas que llevas dentro y vive desde la libertad de saber que no todo en la vida estará bajo nuestro control.

Tu mejor poder es el saber sentir sin miedo

Nuestro mejor poder es el saber sentir todo lo que emocionalmente nos hace daño. Sentir es conectar con esa parte negativa que a veces no queremos ver, parte negativa que solo es la evidencia de que no somos perfectos y para nada necesitamos serlo.

Así que de ahora en adelante date el mejor poder del mundo, sentir, sentir sin juzgarte por ello, sentir libremente y aprendiendo de esos momentos negativos que no puedes controlar del todo. Y si no aprendemos nada, por lo menos seguir el curso de la vida sin aferrarnos tanto a lo que no podemos controlar. Y no te sientas mal si las cosas cambian de manera rápida en tu vida. Las cosas que dejaron de ser también son evidencias de que ya no aportaron lo que tenían para darnos.

Por eso de ahora adelante deja que en tu vida lleguen muchas cosas positivas y bonitas de manera libremente, sin cuestionarte lo que ha pasado, sin amargarte de más la vida y la existencia.

 No gastes más tiempo en aquello que ya no depende de ti.

¿Eres fuerte?

Alexa 

Loading

Escrito por

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.