Es el momento donde comienzas a poner los pies en la tierra y piensas que tu realidad es muy diferente a lo que estas soñando.
Espacio seguro para sanar, crecer, amar y vincularte con los demás desde un lugar más sano
Espacio seguro para sanar, crecer, amar y vincularte con los demás desde un lugar más sano
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos¿Haces, dices o retrasas las cosas? ´´ Cuida tus pensamientos porque se volverán actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque formarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino. Y tu destino será tu vida´´ (Gandhi) Nuestro actos siempre irán ligados a nuestro …
Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 52 segundos
Los hábitos son aprendizajes que vamos adquiriendo durante el desarrollo de nuestra vida. De manera consciente e inconsciente aprendemos cosas que serán de influencia durante lo que es la formación de nuestra personalidad y actitud hacia la vida. Cambiar aquellas cosas que han marcado nuestro aprendizaje de vida no siempre resulta ser una tarea fácil.
Durante mi pequeño aprendizaje de psicología he podido escuchar que si nos interesa sustituir un nuevo habito, la tarea se encuentra en realizar de manera consecutiva ese reto o aprendizaje durante 21 días.
“¿Qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?” (Vincent Van Gogh)
¿Se puede en 21 días?
El cirujano plástico Maxwell Maltz (1989-1975), doctor en medicina por la Universidad de Columbia, en los años 50 pudo observar algo muy curioso gracias a su trabajo como cirujano. Los pacientes de una intervención de cirugía plástica, por ejemplo en la nariz, tardaban 21 días en acostumbrarse a su nuevo aspecto.
Según Maxwell Maltz llegamos a hacer y sentir no de acuerdo con nuestras realidad, esto se logra mediante las imágenes que hemos formados con ella. Los hábitos, tanto buenos como malos se pueden modificar. De esa manera aquellas imágenes que tenemos de nosotros mismos y las conductas que hemos creado tienen una relación muy estrecha entre sí.
Williams James, considerado unos de los padres de la psicología moderna, decía que ´´ nuestro cerebro tiene la flexibilidad suficiente para aceptar nuevos hábitos pero que no le gusta ceder de manera inmediato´´. ¿Qué aprendemos de esto? Para que nuestro cerebro se pueda adaptar a una nueva acción como habito tenemos que darle seguimiento. ¿Y cómo? Para James, esto se logra cuando repetimos 21 días aquello que queremos hacer. De esta manera cada vez que repetimos la tarea, a nuestro cerebro se le hará menos difícil el esfuerzo de adaptarse al cambio de manera rápida.
Mediante la acción continua nuestro cerebro se adapta al nuevo cambio. El cerebro hace conexión neuronal de forma permanente mediante las repeticiones.
Hay personas a las que se les hace muy difícil adquirir o cambiar un método continuo en las cosas que quieren lograr.
Los hábitos no se cambian, sencillamente se sustituyen. Para poder sustituir aquel hábito es necesario reconocer por qué lo queremos cambiar. Así de esta manera podemos tener una constancia de aquello que queremos lograr y de igual manera tener claro y presente ese objetivo cuando creemos que no lo podemos conseguir. No es nada fácil adquirir hábitos nuevos y mucho menos si estos son saludables.
Palabra mágica que no podemos olvidar para poder obtener lo que buscamos se llama CONSTANCIA. Ya lo he dicho y te lo digo de nuevo, se CONSTANTE.
En resumen te recomiendo lo siguiente:
Tienes que desearlo y soñarlo. “Si puedes soñarlo, puedes hacerlo” – Walt Disney
Escribe en un lugar visible aquello que quieres cambiar, el inconsciente sabe trabajar cuando dejamos visibles aquellas cosas que creemos no recordar.
Ponte tareas a corto plazo, de la noche a la mañana no cambiaremos aquellas cosas que tenemos años haciendo. Poco a poco.
Y por último una recompensa: estímulo y respuesta, regálate algo. No creo ser la única que le gusta tener un premio cuando ha alcanzado algún cambio. Pues motívate y rétate a ir por aquello que hace tiempo quieres tener.
¡El momento es ahora!
Saludos.
¡Seguimos!
Tiempo de lectura aprox: 55 segundos
Dos términos importantes los cuales nos permiten avanzar como soñadores y seres de cambios. No es lo mismo ser o estar, muchas veces somos optimistas o pesimistas por una situación x.
Cuando nos referimos al término optimista hacemos referencia a la manera positiva que tenemos para ver las cosas que nos rodea. Y pesimista es aquella persona que siempre le buscará el lado negativo a TODO.
Es necesario no confundir las personas optimistas con aquellas personas que viven en un mundo lleno de ilusiones. ¡Los optimistas no se escapan de la realidad! Las personas optimistas siempre buscan tener una visión que les permita ajustarse a la realidad. Con esta actitud siempre podrán buscar respuestas positivas a situaciones difíciles.
Ser optimista implica tener un nivel de ilusión mayor que los demás. ¿Y qué de malo tiene ponerle un poco de ilusión a la vida? ¿Por qué no confiar en que las cosas pueden salir bien? No hablo de aquel optimista que confía en soluciones mágicas, hablo de aquel optimista que tiene unas dosis importantes para ver su mundo de manera diferente: confianza, esperanza y realidad de las cosas.
Ser pesimista ya sabemos que es lo contrario a ser optimista, pero muchas veces algunos pesimista adoptan esta actitud por defensa, pesimismo defensivo, lo que conocemos como mecanismo de defensa o escudo protector. Personas que están listos para los malos resultados de esta manera se siente en paz a la hora de llevarse un chasco.
Beneficios de ser optimista:
El optimismo se contagia, rodéate de gente positiva.
Ser optimista contribuye a tener hábitos saludables.
Las personas optimistas son más estables emocionalmente.
¿Y tú que eres optimista o pesimista?
Saludos.
¡Seguimos!