Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 27 segundos

Duelo por ruptura ¿Cómo vivirlo sin tanto dolor?

El solo hecho de hablar de un duelo, podemos decir que hay un dolor presente. Y eso no lo podemos sanar de la noche a la mañana, las personas buscan fórmulas mágicas para sanar las heridas emocionales de una ruptura, pero pocas son conscientes de que detrás de esas heridas, hay otras heridas del pasado no cicatrizadas. No es solo el hecho de que eso dejó de funcionar, también esta presente mis expectativas no resueltas, mis traumas del pasado, mis relaciones tóxicas no superadas, mis carencias emocionales no saciadas a lo largo de mi vida. “Mi proyecto de pareja” “Mi felicidad al lado de alguien” “La familia que no tuve en la niñez”

Lo importante dentro de este dolor es saber identificar qué otras cosas hay detrás; abandonos, baja autoestima, dependencia emocional, infidelidades repetidas, poca tolerancia a las pérdidas, rechazos en el amor. Esto se puede convertir en un laberinto sin salida y tardarás mucho tiempo en poder salir de ella.

No lo vamos a quitar peso a este dolor, el duelo por ruptura es muy similar al como perder a una persona física y puedo hablar de ello, tuve que asimilar sin anestesia la muerte de una hermana y a la misma vez el final de una relación de la noche a la mañana. Y créeme ambas para mí dolían en muchas ocasiones iguales.

Por ello, aunque muchos te digan que estás haciendo un drama por no aceptar o llorar por esa persona que se fue, solo tú conoces tu dolor y todo lo que pesa cargar esos sentimientos de aceptar y dejar ir eso que en su momento te hacía sentir plena.

A veces creemos que podemos con todo y muchas veces el duelo se hace complicado porque dejamos todo para el después. Después me sano, después me recupero, después acepto este dolor, después, después, después. Un duelo se convierte en algo complicado, cuando seguimos en contacto con la persona que nos hizo daño, así no vas a cicatrizar y recuperarte. Necesitas alejarte y mantener el contacto 0.

La única recomendación que te puedo dar es hacer terapia, ocuparte tú de esas heridas y ver que otros traumas emocionales llevas en tu mochila emocional. Sé que dar este paso no es nada fácil, pero a veces es de vida o muerte pasar por terapia para poder entender porque nos duele tanto que esa persona no siga a nuestro lado.

Una de las cosas que me salvó la vida fue el escribir, es algo que amo y que me ha servido como terapia ocupacional, escribir sobre mis duelos, ponerles nombre a esos sentimientos me ayudó a ser consciente de que tenía rabia, de que tenía odio, de que me sentí abandonada y utilizada por alguien que en su momento fue importante para mí.

Ese dolor deja de doler, cuando renunciamos al papel de víctimas y comenzamos a ver que esa persona más que lastimarnos, nos ayudó a descubrir otras cosas que desconocíamos de nosotras. Gracias a esa traición en mi peor momento, pude entender y ver, que las traiciones no me van, que la falta de responsabilidad en una relación me hunde, y que dar mucho no siempre significa amar sanamente. Aprendí que las relaciones no son individuales, se necesita de dos personas presentes para avanzar juntos en una misma dirección. Sé donde me puedo quedar y donde voy a salir corriendo cuando no me traten o no me valoren como en realidad me lo merezco.

Para que este dolor no te consuma te recomiendo, ver que estas aprendiendo, quizás ahora mismo nada, porque la herida sigue abierta, pero algo de seguro estas descubriendo de ti y eso es muy importante.

Por más doloroso que sea hablar de esas experiencias, hazlo. Solo así podemos drenar el alma, porque callar lo que nos duele se puede convertir en insomnio, ansiedad, rabia, depresión, ira y traumas emocionales. Descargas esa mochila siendo consiente de como te duele y que es lo que en realidad te esta doliendo.  

Realiza tus razones SUFICIENTES para no regresar ahora mismo con esa persona, porque en muchas ocasiones vas a querer regresar a ese lugar, vas a creer que nadie te va a dar lo que tenías en esa relación y déjame decirte que no es así. Ahora, aunque sea difícil estar contigo, eres la única persona que necesitas.

No satanices a tu ex, yo lo hice y créeme que había razones suficientes para hacerlo, pero al final esas personas que pasan por nuestras vidas son el espejo que necesitamos para ser conscientes de que TENEMOS que mejorar muchas cosas en nuestra forma de dar amor y recibirlo. Y al final solo nos queda darles las gracias, por algo elegimos a esas personas y les llamábamos amor. Y aunque lo negativo pese mucho más, también hay cosas bonitas que siempre nos llevaremos de eso que ahora no sigue presente.

¿Qué hago con este dolor?

  • Sentirlo, no culpabilizarte por cosas que permitiste en esa relación. Ser consciente de que esto duele, pero que no es para matarte. Que ahora mismo, estas en un proceso de reconstrucción y que la única persona que debe entender todo esto, eres tú.
  • Ponerle nombre a todo lo que estas sintiendo, aunque sea difícil hacerlo, solo así sabrás a que te estas enfrentando y como no lastimarte más de lo que ya estas.
  • Fortaleza tu autoestima, aprende a estar contigo en medio de este caos emocional y buscar la manera de no seguir siendo tu propia enemiga.
  • Busca ayuda profesional urgentemente si siente que esto te esta matando. Por favor, te lo vas a agradecer más adelante. Tu salud y paz mental no tienen precio.
  • Lleva un diario emocional contigo y escribe, escribe, escribe, escribe. Hazlo hasta que saques todo lo que duela, hasta que sientas que nada duele y que ya estás en paz contigo y la otra persona.
  • Ocúpate en ti, en tus heridas, en tus traumas del pasado, en tus deseos no cumplidos. Y sobre todo en vivir y ser plena contigo.
  • Plantéate objetivos, realiza un tablón de sueños pendientes y deja visible todo aquello que quieres vivir más adelante.
  • Sé tú mejor compañía en medio del dolor y no te condenes más.

Alexa ❤

Loading

Avatar del usuario

Escrito por

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.