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Carta para una persona depresiva

Un día la vida te cambió, algo se quebró, quisiste ser fuerte y ahí entendiste que ya no eras lo suficientemente fuerte para seguir de pie. Los que estaban cerca de ti, no entendía porque cambiaste tanto, te criticaban, te pedían que no fueras tan débil. Pero nadie sabía que, dentro de ti, vivías el infierno más grande de toda tu vida. Llegaron muchos pensamientos y ningunos de ellos eran positivos, eran pensamientos que te hundían mucho más en la tristeza.

Buscas fuerzas dentro de ti, buscas no llevar tanta guerra en tu cabeza, pero caes. No controlas nada, desequilibrio emocional es lo que otros te han etiquetado, te ven como si fueras un peligro, prefieren alejarse a quedarse, y ahí comienzas a creer que eres lo peor, comienzas a buscar como hacerte daño.

Llevas muchas heridas en tu alma, vives aferrado/a a un pasado doloroso, el presente no tiene hueco en tu vida. Te quedas ahí, donde nada positivo pasa. Buscas a veces ser fuerte y otras veces no puedes, caes, te hundes, lloras, no te controlas y no entiendes nada.

Tu mente te traiciona, tu comportamiento también. Tienes episodios ansiosos y llenos de tristezas, buscas escapar de todo y no sabes donde encontrar la salida. Te cuesta poner en balanza los días buenos después que la depresión se instaló en tu vida. Llevas una fiesta de tristeza constante, donde soltar eso que te hizo daño no es nada fácil. A veces buscas culpables y otras veces te condenas por algo que te marcó.

A veces quisieras que alguien se pusiera en tu piel, que puedan entender un poco toda la carga que llevas dentro, pero cuando le cuentas a los demás las cosas que te pasan buscan una maldita etiqueta, “drama”. Creen que te gusta estar mal, creen que te gusta pasar todo un día llorando en tu cama, creen que elegiste por amor padecer una enfermedad mental que te consume lentamente. Creen ellos que no haces nada para salir de ahí, creen y creen que eres feliz estando triste.

Te llaman débil, frágil, sensible, dramático/a, lunático/a, te han puesto tantos nombres que no tienes la menor idea de como defenderte en ocasiones. ¿Alguna vez esas personas han vivido lo que te tocó vivir? Lo que menos necesitas es defenderte, lo único que quieres es que alguien te acompañe en tu dolor. Que no te quiten ninguna carga pero que estén ahí. Has tenido que cuidarte cuando no tenias la idea de hacerlo, pero lo hiciste. Aprendiste que nadie se quedará cuando todo se pone mal, que la única persona que te salvará eres tú y que, si no lo haces, te jodes más en tu tristeza.

A veces tienes días que nada y nadie te van a levantar de la cama, a veces tienes un maratón de tristeza y eso te lleva a no querer hacer nada, porque no sabes como darte ánimos en medio de todo. No sabes como verte en el espejo sin juzgarte, condenarte, extrañar quien un día fuiste cuando todo estaba bien. Quieres regresar a ti, pero no sabes donde esta el camino, no sabes como encontrarte y mantener esa luz que siempre tenias en tu rostro.

El insomnio, la falta de apetito, las ganas de desaparecer son detonantes que te confirman que no estás bien, sabes que no estas bien, pero te cuesta dar ese paso para mejorar tu vida. Puedes buscar ayuda fuera de ti para ir más ligero/a, no es necesario que creas que un día todo se irá de manera milagrosa sin hacer nada.

Tu vida es un caos constante, nada se pone en orden, todo te sale mal. Pero mientras sigas estando de brazos cruzados nada va a cambiar. Mientras sigas ahí, aferrado/a a situaciones y personas que no te permiten avanzar, no vas a salir del pozo.

Será lento volver a ser tú, pero lo serás, un día te vas a levantar y dejarás de vivir en guerra contigo. Un día te vas a abrazar fuerte y te darás las fuerzas que siempre estuviste esperando de los demás. Un día te dirás que ya no es justo de que sigas en el pozo y vas a salir, volverás a dar pasos pequeños hacia tu vida de equilibrio y será el mejor acto de amor que puedes y debes hacer por ti.

Quizás la depresión nunca se aleje de tu vida, pero aprenderás a vivir con ella, será tu amiga, te visitará en ocasiones y vas a darte el permiso de sentir sin culpa, sencillamente sentir. Pondrás en balanza y te darás cuenta de que cuidar de ti en medio del caos es lo único que puedes hacer.

Sabes que a veces en esas crisis te maltratas muy feo. Eres cruel contigo cuando intentas buscar respuestas a preguntas ilógicas. Eso que no pudiste cambiar no es algo que dependa de ti, sabes que no puedes ir al pasado y cambiar nada, solo te toca construir un presente menos doloroso. Lo puedes hacer bien, ahora puedes cambiar y construir la vida que siempre has querido. Solo te toca a ti reconstruirte en medio de todo, hazlo.

Ya la vida te facilitó la lección que necesitabas para tener otras prioridades en tu vida, ya conoces tus puntos fuertes y débiles, ahora te conoces en todas tus facetas. En tu peor momento puedes y necesitar estar dispuesta a contar contigo, no dudes en hacerlo.

Conozco el infierno que vives, lo he vivido, he sentido ese peso cuando todo se va a la mierda. Conozco el no dormir cuando la cabeza decide dar mil vueltas y recordar eso que tanto daño me hizo. Conozco esa sensación no avanzar en la vida, de quedarse estancada y creer que nos merecemos eso que nos hundió en el pozo. La vida no es justa a veces, pero siempre nos esta preparando para algo mejor, ahora solo es el tiempo de llorar, no te presiones más y cuida de ti.

Alexa

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Escrito por

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.