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 Nos merecemos una despedida cuando una relación termina

Lo siento mucho por aquellas personas que sin anestesia previa se han visto recogiendo sus sentimientos, decirle adiós a un amor y seguir la vida en otro lugar. Uno de los acontecimientos que más nos marca la vida en la adultez es el desamor. Confiar, entregarse, apostar por alguien y dejarle un espacio en nuestra vida a un extraño es un acto de mucha valentía de nuestra parte. No sé, porque, creemos que con esa persona el para siempre existe y que esa persona nos va a querer de la misma manera que lo hacemos. Pero, como no todo es color de rosa, no sabes desde cuándo, el amor se acabó y lo peor es que esa persona hace poco te estaba jurando amor eterno.

El desamor es un caos, porque matamos en vida a las personas que queríamos cuando no somos responsables desde el principio hasta el final con nuestros sentimientos. El amor se puede terminar, pero si no me quieres ¿Qué hacías a mi lado?

Que valientes somos al iniciar una relación, ver en un extraño el amor y querer que esa persona se quede a nuestro lado por mucho tiempo. Pero, cuando esa magia del enamoramiento desaparece, nos podemos convertir en seres egoístas, donde irnos por lo sano se nos hace difícil. Ojo: terminar una relación no es nada fácil, las personas que dejan también lo pasan mal, el problema es que por inmadurez no sabemos cómo irnos a tiempo de la vida de las personas que un día decíamos querer.

Terminar una relación por lo sano es beneficioso para ambas partes. Dos personas adultas pueden terminar por lo sano una relación sentimental. Ahí entra el respeto y la gratitud de dos personas que en un momento querían seguir juntos. Cuando de la noche a la mañana y sin anestesia previa tenemos que vernos cara a cara con el desamor, es un caos que cuesta vivir. Nadie se merece despedirse de quien era el amor de su vida, cuestionando que le faltó para que esa persona no fuera capaz de irse por lo sano.

Lamentablemente pocos tienen esa madurez de irse a tiempo. Para irse de la vida de alguien necesitamos ser puntuales. Esa puntualidad es reconocer que no soy feliz a tu lado y mucho menos quiero que tú seas infeliz a mi lado. Que, a pesar de todo, quiero verte bien y si es tomando caminos diferentes es mejor hacerlo cuanto antes.

Por salud mental las personas necesitamos cerrar ese ciclo de algo que ya no funciona y no va a funcionar. Muchas personas siguen esperando una conversación pendiente de aquellas personas que un día pidieron tiempo para irse y que hasta la fecha no han regresado. Y gracias a esas personas han tenido que vivir bajo la sombra de la baja autoestima o sentirse inferiores en el amor.

No podemos obligar a que nuestra pareja decida irse por lo sano de nuestra vida. Es algo personal de cada persona y los valores que tenemos. No te culpes si alguien no fue capaz de irse de tu vida por lo sano. Cierra tú ese ciclo contigo misma. Reconociendo que son de esas cosas de la vida que no podemos controlar.

Entender que el amor no es para siempre nos ayudará a darles las gracias a esas personas que se han ido de nuestra vida en el pasado. No todas las relaciones están hechas para durar para siempre.

En un mundo sano lo ideal sería terminar una relación de mutuo acuerdo, siendo ambos honestos de lo que sentimos y despedirnos como dos personas que una vez se quisieron. Pero, si fuéramos capaces de pensar así creo que muchas personas no sufrirían todo lo que hoy en día sufren por el amor. Cuando alguien sin piedad nos deja sin despedirse se puede comparar como si recibimos una puñalada. El dolor es inexplicable, pero de que duele, duele y mucho.

Si alguien decidió como adulto irse de tu vida sin darte ninguna explicación no pierdas tu tiempo intentando entender qué le sucedió. Eso se llama cobardía en cualquier idioma. Y quien estando a tu lado no fue capaz de irse como entro en tu vida, que disfrute de su viaje. Tú, preocúpate en sanar, cicatrizar y estar en paz contigo y tu pasado. En medio de tanto dolor te vas a necesitar.

Lo sé, esto duele, pero de eso y de lugares peores siempre salimos. No es un cliché, los momentos difíciles no son eternos y todos lo sabemos. Lo malo de una mala situación es que a veces CREEMOS no sabemos salir de ellas.

Irse desde el dolor de la vida de alguien que un día le llamábamos amor, es un daño innecesario. Si usted tenía claro que ahí ya no era feliz, ¿Por qué tardó tanto tiempo en irse? Irse a tiempo no es fácil, ponerle punto final a una relación para muchas personas es un suceso que les produce mucho estrés. Si usted tuvo la valentía de iniciar una relación, conquistar, compartir cosas bonitas con esa persona, es la misma valentía que tienes para irse cuando ya no sabes que quieres en esa relación.

A veces somos muy buenos egoístas, nos quedamos sin la necesidad de volver a sentir lo que un día sentíamos. No sé, sigo intentando descifrar lo que es el amor y cada vez que creo que estoy cerca me toca comenzar de nuevo.

Ojalá que tu próximo INTENTO en el amor te deje más orgasmos que dolores de cabeza. Que si nos toca despedirnos de alguien sea como dos personas adultas que lo han entendido todo, si te amé te lo voy a demostrar hasta el final. Es lo mínimo que nos merecemos en el amor. Nos merecemos una despedida sincera cuando una relación termina.

Nos merecemos una despedida cuando el amor desaparece, dejando claro a la otra persona que no hay nada malo en ella. Que lo hemos intentado, pero, por cosas de la vida se nos hace imposible quedarnos y darle el amor que se merece.

Alexa ❤

Imágenes de: Adobe Stock

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Escrito por

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.