Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 32 segundos

Mariposas en el estómago ¿Para qué?

Todos tenemos un amor que nos dejó marcadas, para bien o para mal, fue ese amor donde comenzamos a darnos cuenta de que tenemos la capacidad de querer a alguien más allá de lo normal. Quizás estábamos listas para querer y apareció alguien que cumplía todas nuestras expectativas en el amor y ahí nos veíamos, como niñas ilusas disfrutando como si de un nuevo juguete se tratara. Fuimos creciendo y nos dimos cuenta de que las mariposas en el estómago lo único que hacen es cegarnos y no ver las realidades o las señales que siempre están visibles para darnos cuenta si alguien en realidad quiere o no estar a nuestro lado. Cuando hablo de estar, me refiero a esas personas que saben desnudar su esencia e ir siempre con la verdad en a la cara. Vamos a encontrar siempre quien quiera estar de paso en nuestras vidas, pero coincidir con alguien que quiera acompañarnos en nuestro viaje, es todo un reto. ¡Suerte!

A una de mis amigas su expareja le dijo: “Ya no siento mariposas en el estómago por ti” vamos, que somos adultos, pero cuando alguien deja de sentir mariposas en el estómago por alguien, es evidencia de que esas mariposas laten por otro corazón.  Y muchas veces no somos sinceros para decirle a esa persona que hace tiempo no estábamos sintiendo lo mismo que la primera vez y es normal no sentir lo mismo que los primeros años, el amor evoluciona con el tiempo. Es ahí donde vamos madurando y nos damos cuenta de que ahora sencillamente queremos, paz y estabilidad en la relación.  

Yo no quiero que nadie sienta mariposas por mí, es que eso para nada es amor, las mariposas se pueden ahogar o dejar de tener alas para volar y es ahí donde nos vemos hundidas preguntándonos que hicimos mal. En adolescentes está muy bien hablar de mariposas, pero cuando somos dos personas adultas que sabemos lo que queremos, como lo queremos y para cuando lo queremos, prefiero hablar de proyectos en común, valores que nos una, y ver en qué cosas podemos ayudarnos estando juntos. Porque amar, siempre es avanzar como si fuéramos un equipo.

Y esa es una de las razones por lo cual las relaciones dejan de funcionar, porque creemos que cuando las mariposas desaparecen el amor también y no es así. Ahora viene otro amor cuando se va esa sensación de nerviosismo, ahora emocionalmente queremos paz, apostar por la tranquilidad, el saber que estamos construyendo juntos y porque seguiremos juntos a pesar de todo.  Y es que creemos de que, si no hacemos nada, el amor se quedará estático, necesitamos cuidar todos los días por qué y para qué QUEREMOS estar juntos.

El amor es un sentimiento que se alimenta y se va cuando usted se descuida de cuidar lo que emocionalmente tiene con su pareja. Recuerdo como una amiga me decía que estando con su pareja sentía una atracción muy fuerte por otra persona, pero que aun así ella no sería capaz de dejar todo lo que tenia con su pareja por esa sensación tan poderosa que creía que era amor. Hicimos una lista de que cosas estaban faltando en su relación y uno de los fallos principales, era que ella y su pareja sexualmente se habían distanciado. Y puede suceder, esas ganas de follar frenéticamente se irán apagando con los años. El sexo es la mejor comunicación que existe entre una pareja. Que no digo que sea lo más importante, pero es la vía más natural que tenemos para desnudar todo lo que somos y conectar con el otro.  

  Recuerdo una vez que estando en pareja mis mariposas habían desaparecido, comenzaba a preguntarme porque quería estar con esa persona que tenia a mi lado, esa pregunta me visitaba en muchas ocasiones, comencé a tener dudas, pero un día comencé a resucitar mis mariposas y emprendí la tarea de cuidar esa relación con amor.  Quizás creemos que lo más fácil es irnos y no reconstruir lo que un día teníamos, pero creo que es de valientes intentar amar a alguien todos los días por que sí. 

Las mariposas en el estomago es la evidencia de que aun no hemos pasado a un amor maduro, recuerdo cuando uno de mi ex me dijo que ya no sentía nada por mí, pero que no tenia la menor idea de como decírmelo. Lo curioso del caso, es que estando conmigo comenzó a sentir cosas por otra persona. Y me resulta extraño como a veces no tenemos el valor para cuidar lo que ya tenemos para ir detrás de algo nuevo en nuestras vidas. Y es ahí donde nos damos cuenta de que muchas personas no quieren luchar por amor, y para mí luchar no sería la palabra más adecuada, pero es que a veces si fuéramos más consciente de nuestra responsabilidad en una relación no buscaríamos excusas baratas para irnos.

Si las mariposas deciden irse, sé lo suficientemente madura, para analizar todo lo que esa persona te llegó a aportar en tu vida, si crees que no quieres volver a sentir algo por esa persona, ten la capacidad de irte y de no hacer daño. Es un acto de puro egoísmo seguir al lado de alguien donde tenemos que fingir un amor que no sentimos. Dale a esa persona la oportunidad de volar en otros brazos y de coincidir con alguien que si quiera darle lo que ya nosotros no tenemos para darle.

Las mariposas en el estómago siguen presentes, cuando somos conscientes de que el amor, es un trabajo personal y luego en equipo. Te amo sin la necesidad de que me ames, pero que bonito estar a tu lado y sentir lo mismo que te estoy dando.  Es mía la responsabilidad de mantener con vida las mariposas que llevo dentro, cuando he aprendido a valorar lo que tengo en una relación es muy difícil que mis mariposas se ahoguen fácilmente.

Mis mariposas pueden tener dudas, sentirse confundidas, pero si soy lo más honesta en mi relación, siempre buscaré un motivo suficiente para que mis mariposas resuciten y vuelvan a latir por esa persona que me demuestra que vale la pena quedarse donde me quieren querer en medio de todo.

Mariposa en el estómago ¿Para qué?

Alexa
❤️

Loading

Escrito por

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.