
¿Por qué hay que sanar nuestra relación con el amor?
Quiero hablarte de algo que está muy presente en mi práctica, en mis sesiones y también en la vida cotidiana de muchas personas: la relación que tenemos con el amor.
Muchas veces, cuando el amor llega, no sabemos cómo recibirlo. Porque no sabemos habitarlo sin miedo. Porque no hemos sanado nuestra relación con él.
Hay momentos en la vida en los que el amor toca a la puerta de forma inesperada. A veces llega con alegría, otras con confusión, y otras tantas nos confronta de maneras que no esperábamos.
Muchas mujeres me escriben en ese punto exacto: justo cuando aparece una relación que “debería sentirse bien” y sin embargo, por dentro, algo se agita. El miedo se asoma, los recuerdos viejos se activan, y esa sensación de querer salir corriendo empieza a hacerse presente.
Y es ahí donde se revela una gran verdad: necesitamos sanar nuestra relación con el amor.

SANANDO MI RELACIÓN CON EL AMOR (Reto 7 días)
Inicio 01/07/2025
Finalización: 07/07/2025
Clase en vivo
+ Plantillas de trabajo
+Libros en PDF (Regalos)
Ejercicios terapéuticos
Objetivo del Reto: Guiarte a través de un proceso de sanación en tu relación con el amor, aprendiendo a soltar apegos, fortalecer tu autoestima y prepararte para r…
Cuando el amor no se siente seguro
Aunque todas anhelamos amar y ser amadas, no siempre nos sentimos listas para recibirlo. Y no es por falta de deseo, sino porque llevamos dentro memorias emocionales que nos enseñaron a relacionarnos con el amor desde el miedo, la desconfianza, o incluso el dolor.
Tal vez crecimos viendo relaciones llenas de conflictos o silencios.
Tal vez aprendimos que para merecer amor había que esforzarse, complacer, desaparecer una parte de nosotras.
Tal vez fuimos heridas en relaciones pasadas donde entregamos todo y no fue suficiente.
O simplemente, nunca nos enseñaron a amarnos primero.
Y entonces, cuando aparece una relación con potencial, en vez de entregarnos con calma, nos invade la duda, la culpa, el miedo a repetir la historia.
Amar no siempre se siente seguro

Aunque parezca contradictorio, a veces el amor ese anhelo tan profundo de conexión, ternura y presencia nos confronta más que cualquier otra experiencia.
Amar puede activar nuestras heridas más antiguas: el abandono, el rechazo, la traición, la sensación de no ser suficiente, el miedo a perder al otro o a perdernos a nosotras mismas.
Y cuando esas heridas están abiertas o mal cicatrizadas, reaccionamos desde el miedo, no desde el amor.
Creamos estrategias para protegernos: nos cerramos, evitamos el compromiso, saboteamos relaciones, o elegimos una y otra vez vínculos donde el amor se parece más al sufrimiento que al cuidado.
Por eso es tan importante sanar nuestra relación con el amor.
No sólo para amar mejor a otros, sino para aprender a recibir el amor que merecemos, sin desconfianza, sin culpa, sin correr en la dirección contraria cuando llega algo bonito.
El amor no debería doler, pero a veces duele
No nacemos sabiendo amar. Aprendemos del amor a través de nuestras primeras experiencias: en casa, en la infancia, en la adolescencia. Aprendemos del amor a través de lo que vimos y sentimos.
Y muchas veces, lo que aprendimos fue:
- Que el amor duele.
- Que para ser amada hay que sacrificarse.
- Que hay que merecer el amor haciendo, complaciendo, salvando.
- Que el amor se va sin aviso.
- Que, si te abres, te lastiman.
- Que, si muestras lo que sientes, eres débil.
Entonces, cuando aparece alguien que nos mira con ternura, con honestidad, con presencia, algo dentro de nosotras entra en conflicto. Queremos acercarnos, pero también queremos salir corriendo. Queremos confiar, pero la desconfianza nos susurra al oído. Queremos entregarnos, pero el miedo se nos planta en el pecho.
Esto no significa que estemos rotas. Significa que estamos vivas. Que hemos tenido experiencias que nos marcaron, y que el cuerpo, el corazón y la mente simplemente tratan de protegernos.
Pero cuando esa protección se vuelve una muralla que nos impide vivir el amor con libertad y calma, es momento de mirar hacia dentro.
Con amor. Con paciencia. Con ayuda.
Sanar no es olvidar. Es comprender, sentir y transformar
Sanar no significa “borrar” lo que pasó. Sanar es poder mirar nuestras heridas sin que nos definan. Es dejar de vivir en piloto automático, repitiendo patrones que ya no nos sirven.
Sanar es darnos el permiso de:
- Cuestionar las creencias que heredamos sobre el amor.
- Sentir lo que no pudimos sentir en su momento.
- Ponerle nombre a lo que nos duele.
- Pedir lo que necesitamos sin miedo a ser rechazadas.
- Estar en una relación sin dejar de estar con nosotras mismas.
- Estar solas sin sentirnos abandonadas.
Sanar la relación con el amor es, también, sanar la relación con una misma. Porque no podemos amar con libertad si no nos sentimos dignas de amor.
El miedo no se va. Pero se puede sostener
A veces me preguntan: “¿Se puede sanar completamente?”.
Y yo respondo: el miedo quizá no desaparezca del todo. Pero sí podemos aprender a no dejarnos gobernar por él.
Podemos empezar a distinguir cuándo estamos hablando desde el amor, y cuándo desde la herida.
Podemos crear relaciones donde haya espacio para la vulnerabilidad, sin que eso signifique peligro.
Podemos pedir ayuda cuando no sabemos cómo seguir.
Podemos aprender a decir: “Tengo miedo, pero elijo abrirme”.
Esa elección, por pequeña que parezca, es un acto de coraje.
Y es también un acto de amor.
¿Qué necesita tu corazón hoy?
Tal vez estás en una relación nueva y sientes que viejos temores empiezan a despertarse.
Tal vez estás sola y te da miedo volver a intentarlo.
Tal vez estás en una relación larga, pero te sientes desconectada o agotada.
Sea cual sea tu momento, te invito a preguntarte:
¿Qué necesita hoy mi corazón para sentirse seguro?
¿Qué parte de mí aún necesita ser mirada con ternura?
¿Qué no me permito sentir por miedo a no ser amada?
Sanar la relación con el amor es un camino. No es rápido ni fácil.
Pero es profundamente transformador.
Y no tienes que hacerlo sola.
Si estás en ese momento de tu vida…
Si estás sintiendo que tu historia con el amor está pidiendo ser mirada, sanada o transformada, estaré feliz de acompañarte.
Podemos explorar juntas esos patrones, miedos y deseos.
Con cuidado. Con respeto. Sin juicios.
📅 Escríbeme si quieres coordinar una sesión.
Estoy aquí para ti.
Con amor,
Alexa




