Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 27 segundos

Soy una persona tóxica. ¿Y tú?

Hola, hoy traigo uno de esos posts que me llevan a desnudarme un poquito más como escritora. Hace mucho que tenía pendiente el escribir sobre este tema tan de moda, personas tóxicas. A muchos les gusta leer sobre este tema para pensar en esa persona toxica que tiene cerca y si no la tiene cerca se la inventan. Porque siempre será más fácil mirar la paja que otros poseen en el ojo que mirar la nuestra propia.

Desde mi punto de vista todos somos personas tóxicas. Lo digo porque muchas veces nuestra personalidad y forma de ser no  va a caer bien a todo el mundo. No somos una moneda de oro que a simple vista vamos enamorando a los demás. Siempre estamos más preparados en algunas ocasiones para juzgar que para ayudar, y eso nos lleva por completo a convertirnos en seres llenos de emociones toxicas que llevamos guardadas y en algunos momentos saben salir cuando no deben salir.

No creo en personas buenas o malas, y estas son una de esas etiquetas que todos hemos tenido que llevar con nosotros para poder encajar en un grupo determinado. Para algunas personas mi personalidad puede ser la mejor del mundo y en cambio para otras no.  Eso no debe ser para mí un dolor de cabeza porque sé quién soy yo y  quién quiero ser. Yo creo en las acciones del día a día de las personas, ya que ser bueno o malo es muy relativo. Porque somos seres llenos de comportamientos diferentes y en ocasiones tendremos que sacar el lobo que llevamos dentro y otras veces seremos las ovejas más mansas. No eres quien eres cuando estas con tu jefe, con tu pareja, con tu familia, con tus amigos o hijos. Y eso no significa que tengas una personalidad múltiple, nada que ver… Esto significa que dependiendo con quien estemos, y los valores que tenemos nos comportaremos de una manera u otra.  Y eso está bien porque por más que nos vendan la idea de que debemos caerle bien a todo el mundo yo considero que es una idea falsa, ¡no lo intentes! porque cuando queremos ser de agrado para todo el mundo renunciamos en ocasiones a ser nosotros mismos y eso amigo mío no es vivir.

Hace mucho comencé a evaluar qué tipo de personas y amistades necesito tener cerca de mí y esto no lo hago creyendo que soy mejor que otros, no, lo hago para darme la oportunidad de estar a gusto conmigo misma y poder llenar mi vida de las cosas que a mí me agradan y me hacen vivir en equilibrio. Y avanzamos mucho mejor en la vida cuando nos damos la oportunidad de poner en orden nuestras prioridades. Y dichas prioridades siempre deben decirnos que tipo de seres queremos ser y que tipos de personas necesitamos cerca de nosotros. Esto no siempre lo podemos controlar pero intenta tener visible que tipos de personas sacan lo mejor que llevas dentro y que tipos de personas sacan lo peor que hay en ti.

[bctt tweet=”No cambié, sencillamente comencé a conectar con otros que van en la misma dirección que yo en la vida. ” username=”alexadacier”]

Esta vida es soltar y dejar ir, y muchas veces por decir “yo tengo” nos quedamos con cargas y situaciones que no necesitamos tener. Cerrar ciclos, terminar una relación que no avanza, una amistad donde no se está a gusto, a veces es lo más productivo que nos podemos hacer. Cuando nos quedamos con esas cosas que ya no nos llenan, automáticamente nos convertimos en personas llenas de emociones tóxicas. Y cuando no sabemos controlar nuestras emociones ellas  roban el protagonismo y nos llevan a lastimar a otros y a veces a nosotros mismos. Debemos darnos la oportunidad de evaluar un poco más que tipos de personas necesitamos tener cerca de nosotros, la amistad entre más clara y llena de calidad sea siempre será mucho mejor.

[bctt tweet=”Descubre por una vez en tu vida que tipo de personas sacan lo mejor que llevas dentro. ” username=”alexadacier”]

Nos convertimos en seres tóxicos cuando no sabemos ponerle nombre a lo que sentimos, cómo lo sentimos y por qué lo sentimos. Y eso nos lleva a sobrecargar nuestra mochila emocional y nos impide avanzar de manera saludable en la vida. Evitemos el usar las etiquetas, muchas veces pasamos por alto el cómo y por qué una persona hoy en día se ha convertido en una persona tóxica. Olvídate de los prejuicios, en muchas ocasiones solo nos toca aceptar al otro tal como es. No intentes cambiar a nadie que seguro a ti tampoco te gusta que otros intenten modificarte porque sí.

Con este post quiero invitarte al análisis de evaluar cuándo dejaste que tus emociones no expresadas tomarán el control absoluto de tu vida. Llevándote esto a quedarte con cosas y personas que por sucesos de la vida ya no necesitan quedarse en tu vida. Y es impresionante cómo nos duele soltar, cerrar ciclos en nuestras vidas, y eso lo he tenido que aprender desde una mirada muy diferente, los demás tienen derecho a equivocarse, a traicionarnos, a molestarse con nosotros. Porque son etapas, y cada etapa de nuestra vida va demostrando, quienes deben o no quedarse por más tiempo en nuestras vidas.

Hoy más que analizar que tu compañero de trabajo, un amigo o tu jefe es una persona tóxica, analiza si no eres también una persona tóxica para otros. Date la oportunidad de ponerle nombre a cada uno de tus emociones y evaluar cuáles son las emociones que de ahora en adelante quieres sentir.

Las mejores herramientas para evitar ser una persona tóxica.

  • Conócete
  • Aléjate de aquellos que te roban la paz interior.
  • Escucha con más determinación tu voz interior.
  • Aprende a decir no.
  • Vive en libertad.
  • No justifiques tus acciones, las cosas son como son.
  • Evita querer tener lo que otros tienen. Ve detrás de lo que quieres, la envidia es un veneno mortal huye de él.
  • Evita tener por mucho tiempo los siguientes sentimientos (La culpa, la vergüenza, la angustia, el odio y el rencor).
  • Evalúa tus relaciones.
  • Perdona y sigue adelante.

¿A veces has tenido que ser una persona tóxica? Yo sí, quiero leer tus comentarios.

Saludos. 🙂 🙂

Seguimos.

Loading

Avatar del usuario

Escrito por

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.