Escúchate, por favor
Algo que me ha enseñado el acompañar a otras personas en terapia y mis propios procesos emocionales, no puedes sanar si no estás disponible para escucharte. Lo sé, eso de escucharte es algo que no se te da bien.
Cuando huyes de escucharte, vives ocupada y cuando el aburrimiento se instala buscas cualquier manera para evitar estar contigo y tus pensamientos.
Algo que me gusta repetir una y otra vez en terapia, no puedes sanar si evitas escucharte. Porque es hacer tu proceso a medias, donde no hay una responsabilidad con todo lo que implica avanzar. Sé que escucharnos se puede convertir en un dolor de cabeza insoportable de sostener, pero ese dolor se puede agravar y tu cuerpo lo va a expulsar con dolor si no te ocupas de él.
Escucho personas que me dicen que odian llorar o sentirse tristes. Los seres humanos tenemos todo el derecho del mundo a no estar bien. No eres un mueble, te van a suceder cosas dolorosas en muchas ocasiones. Amiga vas a llorar y no tienes que pedir permiso para ello.
Nadie ama verse en esa situación de vulnerabilidad donde nos sentimos perdidas en nuestros propios pensamientos. No se trata de que sea algo que harás con una sonrisa en la cara, se trata de entender que tus procesos emocionales necesitan que hagas acto de presencia.
Cargamos con tantas heridas, traumas, miedos, frustraciones y resentimientos que se van quedando por mucho tiempo en nuestro cuerpo. Vas a necesitar en algún momento de tu vida escucharte para comprender todas esas cargas emocionales que no te ayudan a sostenerte en el presente.
Escucharse a una misma implica ser honestas con nuestro proceso. Bendita honestidad que sirve para ponerle nombre a todo lo que duele.
¿Para qué sirve escucharnos?
De seguro es una pregunta que te haces y no encuentras una respuesta lógica. Escucharnos es una manera de cuidar nuestra salud mental. No concibo una salud mental sana, si no hay espacios para escucharnos.
Nos escuchamos para apaciguar el dolor que invade nuestra alma y nos lleva a huir de nosotras mismas.
Nos escuchamos para comprendernos y reconocer quienes somos en diferentes escenarios.
Nos escuchamos para perdonarnos y no castigarnos con cosas de nuestro pasado.
Nos escuchamos para refugiarnos en una misma y entender que no es justo que no seamos un lugar seguro para habitar.
Nos escuchamos para aplicar la autocompasión y hacer de ella un básico en nuestra vida.
Nos escuchamos para mirar hacia dentro y no repetir patrones insanos.
Nos escuchamos para sostenernos.
Nos escuchamos para cicatrizar y ocuparnos de nuestras heridas.
Las personas emocionalmente sanas tienen las siguientes características
- Saben escucharse. No evitan sus pensamientos y mucho menos viven fingiendo estar bien cuando no lo están. Ese dolor, esa herida, ese trauma que tanto intentas ocultar y dejar en lo más profundo de tu ser, no pueden convertirse en experiencias superadas, hasta que no te permitas escucharlas.
- Observan sus pensamientos con objetividad y no se etiquetan con ellas. Reconocen que tienen derecho a sentir lo que sienten y saben perfectamente que no son sus pensamientos. Es imposible que puedas resumir todo lo que eres en cosas temporales.
- Se permiten sentir y hacerles espacios a sus emociones e incluso aquellas que son desagradables de escuchar.
¿Cómo podemos escucharnos?
Permiso para sentir, es la única manera de aprender a escucharnos y no hundirnos con todo lo que duele. Ojo: tienes derecho a derrumbarte, romperte, perderte y creer que no hay una salida para tu dolor.
Los laberintos tienen salida, no es nada fácil encontrar esa salida. Así pasa con nuestros procesos emocionales, por eso evitamos escucharnos porque creemos que no vamos a poder parar y salir de nuestra mente que a veces nos juega una mala jugada.
Se necesita mucha autocompasión para escucharnos y no hundirnos en ese proceso.
Tus pensamientos no es entrar en un fango, deja de huir de él.
No hay una única vía para escucharnos. Esto quizás te puede ayudar:
- Terapia: para aprender a ponerle nombre a todo lo que no entiendes. Y volver a reconectar con esas cosas que vives ocultando en lo más profundo de tu ser.
- Escribir como método terapéutico: te lo recomiendo. Escribimos para parar. Para darnos un abrazo cálido y reconocer todo lo que a veces no sabemos identificar con palabras.
- Bailar: mover nuestro cuerpo es una manera de liberarnos y soltar. Y a la vez sirve para conectar con una misma.
- Hacer nada: a muchas personas esto le puede llegar a parecer algo aburrido. E incluso aburrirse puede convertirse en algo terapéutico en muchas ocasiones. Hacer nada te permite no ocuparte con muchas cosas y a la vez le bajas un poco tu nivel de autoexigencia.
- Autocompasión: con ella podrás sostenerte, sin ella te vas a hundir y perder en tu propio proceso.
¿Qué significa sentir? Escucharnos al final va de sentir
Te dejo esto que puede ayudar mucho
Sostenerse
Encontrarse
Nostalgia
Tristeza
Introspección
Recuperarse
Muchas veces huimos de sentir porque tenemos la creencia de que es malo sentirnos mal. Tu relación con algunas emociones es el camino principal que necesitas para entender porque te cuesta avanzar cuando las cosas no salen como esperabas.
Cuando hay mucha resistencia a sentir más complicado se hace el proceso de avanzar. La gestión emocional te pedirá sentir y ocuparte de tus heridas. Las personas que cuidan su salud mental, saben que lo mejor que pueden hacer por sí mismas, es sentir para poder escucharse.
Sentir implica que vas a necesitar tiempo para poder procesar lo que no entiendes. Para ponerle nombre a tu dolor y cuidar de ti con mucha autocompasión.
La única manera de que puedas tener de verdad todo bajo control en tu vida, es permitiéndote sentir y escucharte.
Sentir es un regalo que te haces para estar presente en tu vida.
En resumen
No puedes evitar escucharte y pasar toda la vida ocupada para no verte cara con tus pensamientos y emociones.
No puedes tener una sana autoestima si siempre estás evitando escuchar el ruido que hay en tu cabeza.
No debería ser un peligro el hacer pausa para estar contigo y tu mundo interior, si es así tendrás que ir a terapia.
No estarías en una relación con alguien que siempre está evitando prestarte atención o validarte. Pues, si eso fuese incómodo para ti cuando otros lo hacen, comienza a escucharte y deja de ignorarte.
Alexa Dacier
Te veo en consulta /Agenda abierta
Psicóloga/ Terapeuta sexual y de pareja