Tiempo de lectura: 5 minutos

Quiero hablarte a ti, que te sientes agotada emocionalmente. A ti, que te has prometido más de una vez que no volverás a pasar por lo mismo… pero que te encuentras, otra vez, con un corazón roto, una herida conocida y ese vacío que parece repetirse en cada historia. Este mensaje no viene a señalarte ni a juzgarte. Viene a recordarte algo que quizás has olvidado: no estás sola, y no hay nada “roto” en ti.

Cuando repetimos patrones en el amor, no lo hacemos porque no aprendimos la lección, como a veces nos hacen creer. Lo hacemos porque en el fondo, algo dentro de nosotras sigue buscando respuestas, sigue intentando comprender qué es el amor, cómo se siente el cuidado verdadero, cómo se habita una relación sin dolor constante. Y eso no es un fracaso, es un intento de sanar.

A veces esos patrones se originan en lugares muy antiguos de nuestra historia. Lugares donde aprendimos que el amor tenía que doler, que para merecer cariño había que esforzarse mucho o desaparecer un poco. Quizás creciste viendo relaciones en las que se normalizaban los gritos, la ausencia emocional o el abandono silencioso. Tal vez nadie te enseñó a poner límites o a identificar qué es realmente una relación sana. No lo sabías entonces, y eso no fue tu culpa. Y ahora que empiezas a darte cuenta, tampoco necesitas culparte por no haberlo visto antes.

Muchas mujeres que acompaño en terapia comparten un dolor parecido: el cansancio de amar desde la carencia, desde la necesidad de ser elegidas para sentir que valen. El miedo a quedarse solas, a “volver a empezar”, a descubrir que no saben cómo estar consigo mismas. Y detrás de ese miedo hay una historia que merece ser escuchada, no silenciada con frases hechas como “tienes que quererte más” o “elige mejor la próxima vez”.

Y el primer paso no siempre es entender el porqué de todo. A veces, el primer paso es simplemente detenerte. Respirar. Admitir: “Estoy cansada. Estoy herida. Y necesito otro tipo de amor, empezando por el mío.”

No necesitas hacerlo sola. Y no necesitas hacerlo todo hoy.

Repetir patrones no es sinónimo de debilidad ni de falta de inteligencia emocional. Es más bien la manifestación de una necesidad emocional que aún no ha sido del todo comprendida. Cuando volvemos a una relación que sabemos que no nos hace bien, muchas veces no lo hacemos porque “nos falta amor propio”, sino porque una parte herida dentro de nosotras sigue buscando ser reparada desde afuera.

Pero el afuera no siempre sabe cómo sanar lo que no ha causado. Esa herida necesita de ti.

¿Y qué significa empezar a sanar? Significa cambiar la forma en la que te hablas. Significa dejar de preguntarte “¿qué hice mal esta vez?” y empezar a preguntarte “¿qué está necesitando mi corazón?”. Significa darte el permiso de llorar sin sentirte débil, de alejarte sin sentirte culpable, de poner límites sin temer perder al otro.

Sanar es dejar de pelear contigo por amar como lo hiciste. Porque en ese momento, diste lo mejor que podías dar con lo que sabías y tenías. Y eso también es valiente.

Es muy probable que hayas construido tu forma de amar desde una profunda soledad. Que hayas intentado llenar vacíos con relaciones, que hayas confundido intensidad con amor o permanencia con valor. Pero ahora estás despertando. Y eso ya es parte de tu sanación.

Y en ese despertar, quiero invitarte a que te preguntes:

  • ¿Qué partes de mí están buscando amor en lugares que no pueden dármelo?
  • ¿A qué le tengo tanto miedo cuando pienso en estar sola?
  • ¿Qué tipo de relación quiero construir conmigo, más allá de las que tenga con otros?
  • ¿Qué es lo que en realidad quiero y puedo sostener en una relación?
  • ¿Cuál es el peaje que ya no quiero pagar a la hora de elegir a alguien?

Estas preguntas no tienen respuestas inmediatas, pero abrirte a ellas ya es un acto de amor hacia ti.

Cuando dejes de verte como una mujer que “se equivoca en el amor” y empieces a verte como una mujer que está sanando su historia, todo cambia. Cambia la forma en la que te eliges. Cambia la forma en la que te sostienes cuando algo duele. Cambia la forma en la que miras tus heridas: no como señales de que algo está mal en ti, sino como recordatorios de que has sobrevivido.

Y mereces más que sobrevivir.

Mereces construir una relación contigo donde el amor no dependa de lo que otros te den o te quiten. Una relación donde tus límites sean respetados primero por ti. Donde no te castigues por necesitar tiempo, espacio, o simplemente estar sola. Porque estar sola no es lo mismo que estar vacía. De hecho, hay vacíos que solo se llenan contigo misma.

Recuerda que cada vez que eliges parar, llorar, pedir ayuda o decir “esto ya no”, estás rompiendo un patrón. Estás eligiendo desde tu parte más sabia, aunque duela. Y eso merece ser celebrado.

A veces nos toma años darnos cuenta de que el amor que necesitamos no se encuentra en repetir lo conocido, sino en atrevernos a escribir una historia diferente. Una historia donde tú seas la protagonista, no el sacrificio. Donde el amor no duela más de lo que acompaña. Donde no tengas que mendigar lo que mereces por derecho.

Este texto es un abrazo extendido. Un recordatorio de que es posible sanar. Que no hay urgencia, pero sí esperanza. Que puedes construir un nuevo modo de amar, desde el respeto, desde el cuidado, desde la paz. No se trata de dejar de amar. Se trata de amar diferente. De empezar por ti.

Tu historia no termina aquí. A lo mejor, aquí es donde realmente comienza.

Con cariño: Alexa Dacier

  • Qué carajo es sostenerse
    Tiempo de lectura: 5 minutos Qué carajo es sostenerse Ahí estás tú: trabajando en ti. Ocupándote de tus heridas, escuchando tus emociones sin tanto juicio, dejando de ignorarte tanto. Vas a terapia, lees libros, haces journaling, te cuestionas. Te detienes a sentir, lloras, nombras lo que antes ocultabas, y poco a poco te conviertes en una mujer que ya no …
  • Cuando Parece que no avanzas: Sostenerse a tu ritmo propio
    Tiempo de lectura: 5 minutos Cuando Parece que no avanzas: Sostenerse a tu ritmo propio A veces la vida se vuelve un espejo incómodo. Un feed de redes sociales, una reunión, un grupo de amigos. Todo parece moverse, avanzar, reinventarse. Nuevos trabajos, mudanzas, viajes, relaciones que empiezan, metas alcanzadas, logros celebrados. Y tú, mientras tanto, mirando todo desde el mismo …
  • ¿Esto era ser adulta? ¿Por qué nadie me avisó que dolía tanto llegar a fin de mes y enfrentarte a tu infancia al mismo tiempo?
    Tiempo de lectura: 5 minutos ¿Esto era ser adulta? ¿Por qué nadie me avisó que dolía tanto llegar a fin de mes y enfrentarte a tu infancia al mismo tiempo? ¿Qué cara*** significa ser una persona adulta? Lo digo así, con rabia. Con cansancio. Con ese tono quebrado que usamos cuando estamos hartas de fingir que todo está bien. Porque …
  • El amor después del drama: aprender a quedarte cuando te ofrecen tranquilidad
    Tiempo de lectura: 4 minutos El amor después del drama: aprender a quedarte cuando te ofrecen tranquilidad ¿Cuántas veces te has preguntado por qué, justo cuando todo parece ir bien, te entran ganas de salir corriendo?Quizás te encuentras en una relación donde, por primera vez, nadie te grita, nadie te miente, nadie juega a los celos ni a las desapariciones …
  • Si te comparas constantemente con los demás, pierdes
    Tiempo de lectura: 5 minutos Si te comparas constantemente con los demás, pierdes Una mirada compasiva a la herida que hay detrás de la comparación Seamos honestos. Compararse con otros duele. Pero aún más, desgasta. Te arrastra silenciosamente a un lugar en el que siempre estás perdiendo. No importa lo que hayas logrado, ni lo que hayas superado, ni lo …

Written by

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.