
Ir a terapia cuando tus amigos blancos no entienden lo que significa ser negro
Muchas personas llegan a terapia con un dolor que no siempre saben poner en palabras. A veces aparece como cansancio, como inseguridad, como miedo a no ser suficiente. Pero cuando empezamos a abrir capas más profundas, surge una verdad que pesa: el dolor de sentirse invisibilizado en entornos donde el color de piel no es reconocido, ni validado, ni nombrado.
Este dolor no siempre nace de agresiones abiertas o comentarios racistas explícitos. A menudo se esconde en frases aparentemente inocentes como “yo no veo colores”, “para mí todos somos iguales” o incluso en la indiferencia de quienes nunca preguntan ni se detienen a escuchar cómo afecta la experiencia de ser negro en un mundo que sigue atravesado por el racismo y los estereotipos.
Lo que para el amigo blanco puede sonar como inclusión, para la persona negra se convierte en invisibilización: un recordatorio de que su historia, su cuerpo y sus heridas no tienen espacio para ser reconocidas.
🌱 Invisibilizarían: el dolor que no se nombra
En terapia escucho testimonios de personas negras que dicen cosas como:
- “No quiero hablar de racismo con mis amigos porque siento que me van a decir que exagero.”
- “Me dicen que soy muy sensible cuando cuento lo que vivo en el trabajo.”
- “Si comparto lo que siento, me miran raro o me cambian de tema.”
El resultado es un profundo sentimiento de aislamiento. Es aprender a callar, a cargar en silencio con heridas que se acumulan. Y ese silencio se convierte en soledad, incluso estando rodeado de gente.
Porque el problema no es solo el racismo externo que se recibe, sino también la incapacidad del entorno cercano para mirar de frente lo que duele y sostenerlo.
🌿 ¿Por qué “no ver colores” no es inclusión? A muchas personas blancas les resulta incómodo hablar de racismo. Para evitarlo, dicen frases como “yo no veo colores”. La intención puede ser buena, pero el efecto es dañino.
No ver el color significa no ver las experiencias ligadas a él. Significa negar que crecer en una piel negra no es lo mismo que crecer en una piel blanca. Significa, en definitiva, borrar una parte fundamental de la identidad.
El mensaje que recibe la persona negra es:
- “Te acepto siempre que no me hables de lo que realmente te pasa.”
- “Puedo ser tu amigo, pero no me incomodes con tu verdad.”
Eso no es inclusión. Eso es invisibilización.
🌱 El impacto emocional de cargar con estereotipos
A esto se suman los estereotipos que acompañan a la piel negra: que, si tienes que bailar, tener “flow”, ser fuerte, no mostrar vulnerabilidad, ser alegre siempre, demostrar el doble para ser tomado en serio.
En terapia, muchas personas expresan el agotamiento de sentir que nunca son vistas como individuos, sino como proyecciones de clichés sociales.
Ese cansancio se traduce en inseguridad, autoexigencia extrema y miedo a mostrarse tal y como son.
Y lo más doloroso es que muchas veces estos estereotipos no vienen de desconocidos, sino de los propios círculos cercanos.
🌿 Lo que pasa en la relación con los amigos blancos
El conflicto aparece porque la amistad se convierte en un espacio donde la persona negra tiene que elegir entre callar su dolor para mantener la armonía o arriesgarse a ser invalidada si lo expresa.
En consulta, escucho frases como:
- “No quiero ser la amiga intensa que siempre habla de racismo.”
- “Me da miedo que me vean como una carga emocional.”
- “Prefiero tragarme lo que siento antes que perder la amistad.”
Pero guardar silencio tiene un costo: ansiedad, tristeza, desconexión emocional y la sensación de que “nadie me ve por completo”.
🌿 Lo que la terapia ofrece
La terapia se convierte entonces en un espacio seguro donde estas experiencias pueden ser dichas sin miedo.
Un espacio donde no hace falta justificar, minimizar ni disfrazar el dolor.
La persona puede decir:
- “Me dolió cuando en la universidad siempre me asociaban con el deporte y no con mis capacidades académicas.”
- “Me pesa que mi pareja blanca no entienda por qué ciertas bromas me hieren.”
- “Estoy cansada de dar explicaciones.”
Y la respuesta en terapia no será “estás exagerando”, sino “te creo, y lo que sientes tiene sentido.”
La validación terapéutica es un bálsamo. Y en ese espacio se puede reconocer que el racismo cotidiano deja huellas emocionales y gracia a ese lugar se permite empezar a sanar desde la raíz.
🌿 Qué necesitan los amigos blancos
Si eres una persona blanca y tienes amigos negros, hay cosas que puedes hacer:
- Escucha sin minimizar. No digas “seguro no fue para tanto”, porque para la otra persona sí lo fue.
- No uses frases vacías. “Yo no veo colores” niega lo que sí existe.
- Hazte preguntas incómodas. ¿Estoy realmente reconociendo su experiencia o estoy evitando hablar de lo que me incomoda?
- Crea espacio. Pregunta: “¿Quieres contarme cómo lo vives tú?” y escucha de verdad.
- Respeta los silencios. No siempre la persona querrá hablar. Pero que sepa que puede hacerlo si quiere ya es sanador.
🌱 Para las personas negras que atraviesan este dolor
- Recuerda: no eres sensible de más, lo que sientes es real.
- No tienes que educar siempre a todos. No es tu responsabilidad cargar con esa pedagogía.
- Busca espacios seguros donde tu identidad no tenga que justificarse.
- Permítete sentir y expresar vulnerabilidad. No eres carga, eres humano.
🌿 Reflexión final
La depresión, la ansiedad y la soledad en personas negras no nacen de la nada: muchas veces se alimentan de la invisibilización cotidiana en entornos donde deberían sentirse más acompañadas.
Ir a terapia no es debilidad: es un acto de valentía. Es permitirse decir: “Estoy cansado/a de callar, necesito que alguien me escuche sin negarme.”
Y para los entornos blancos, el reto es claro: ver el color no es separar, es reconocer.
No se trata de borrar diferencias, sino de aceptarlas como parte de la humanidad compartida.
🌿 Porque al final, la verdadera amistad y conexión no nacen de la negación, sino de la capacidad de mirarnos completos, con todo lo que somos, con todo lo que traemos.
Con mucho cariño: Alexa Dacier
Te acompaño en consulta, hay espacio para ti.
