Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 22 segundos

¿Por qué repito los mismo patrones insanos en el amor?

¿Por qué cada vez que me entrego en un lugar salgo lastimada?

¿Por qué el tema del amor me pierdo y las decepciones se acumulan una detrás de otra?

¿Hay algo malo en mí para que alguien no esté a la altura de todo lo que habíamos hablado?

¿Podré tener en algún momento una relación bonita? ¿El amor es para mí o me doy por vencida?

De seguro estas preguntas rondan tu cabeza en muchas ocasiones. El amor es bonito, pero las decepciones que hemos vivido en nombre del amor nos hacen creer que el amor no es para nosotras. E incluso que la cantidad de decepciones vividas en algunos lugares es solo nuestra culpa. Bendita culpa, que castiga y nos lastima mucho.

¿Por qué elegimos los mismos tipos de personas que luego me hacen daño?

Ojalá que la respuesta fuera simple y que determinar qué hay detrás de esos patrones fuera como encender la tv y encontrar todas las respuestas. No es fácil dar con la respuesta porque implica mirar hacia dentro, ser conscientes de muchas heridas y analizar nuestra historia con el amor. ¿Cuál es tu historia con el amor? ¿Qué significa para ti elegir a alguien y dejar que se quede a tu lado? ¿Cuándo sabes que alguien no te conviene y cuando decides dar ese paso de irte?

Seguro tu lista de insatisfacción en el amor puede ser intensa y larga. Sales de una relación, sabes perfectamente que cosas ahí no funcionaron y te sientes preparada para conocer a alguien, pero hay mucho miedo que te impide dar ese paso porque sabes que siempre “te va mal en el amor” ¿Cómo evitar repetir esos patrones?

¿Qué tipo de patrón estamos hablando?

En consulta se repite mucho el perfil de elegir a personas que emocionalmente no están disponibles. Personas que cargan con historias personales sin resolver; adicciones, mala relación con el dinero, violentos y la lista puede ser larga.

Y lamentablemente con esos patrones tú te posicionas en un rol de salvadora. Donde caes en la trampa de creer que solo tú puedes salvar y sostener a esa persona. Amiga, eso es desgastante, frustrante y un golpe letal para tu autoestima.

Tu misión no es salvar a nadie y mucho menos hacer que alguien que lleva tiempo siendo como es, cambie. Claro, no vemos eso al inicio de la relación y eso se vuelve un desafío, irnos o esperar que esa persona vuelva a ser quien un día era.

Vamos a profundizar un poco

¿Cómo fueron tus relaciones parentales? Dicen que todos tenemos carencias sin resolver, vamos, que nadie aquí es perfecto. Esas carencias dejaron marcas en nuestra forma de vincularnos con otras personas, miedos, inseguridades, sensación de vacío o buscar siempre la aprobación en otras personas. No se trata de culpar a tus padres por su forma de darte amor o validarte en algunas ocasiones, ellos, de seguro hicieron lo mejor que pudieron con lo que tuvieron. No te empeñes en querer hacer bien lo que tus padres hicieron mal contigo.

¿Cómo dejar de repetir esos patrones?

Necesitamos ser conscientes de esos patrones, como son, cuando se repiten y como saber identificarlos. Porque no se trata de eliminarlos, se trata de aprender a convivir con ellos y saber que puedes tener varias opciones para elegir y construir una relación con otras personas.

Analiza e intenta ser lo más honesta posible

¿En qué tipo de persona me suelo fijar?

¿Qué es lo me hace sentir atraída por otras personas?

¿Qué cualidades veo en esas personas que me hacen elegirlas?

¿Cómo me hacen sentir esas personas?

¿Qué sensaciones, emociones o sentimientos suelo sentir con esas personas?

¿Desde qué lugar elijo a esas personas? ¿Desde el miedo? ¿Desde la desesperación?

Lo que te puede ayudar con esos patrones

Identifica sin culpa o vergüenza esos patrones: analiza tus relaciones anteriores y realiza una línea en el tiempo de cómo han sido, lo que sufriste o aprendiste de ellas.

Aplica la autocompasión: repetir un patrón es evidencia de que no sabemos que otras opciones tenemos. Deja de castigarte por haber sido buena en otros lugares. Podemos desaprender para aprender a amar desde un lugar sano.

Realiza una lista negra sobre lo que ahora no quieres en el amor: ahí puedes ser lo más transparente posible. Escribe todo lo que hasta ahora te ha hecho daño en tu forma de amar y entregarte. Escribe las cosas que otros te han hecho o te han dicho que no han sido sano para ti.

Mira tu parte de responsabilidad: ¿Sabes poner límites? ¿Cuáles son tus límites y cómo vas a aprender a sostener esos límites? Asumir tu parte de responsabilidad te permite también bajarle un poco a la autoexigencia y ser compasivas con nosotras.

Sana tu autoestima: puedes ir a terapia para trabajar en ello. Un proceso terapéutico te puede ayudar a ser consciente de que hay detrás de esos patrones, como apostar por personas que quieran y puedan construir a tu lado algo sano.

En resumen

Los vínculos románticos no siempre son para siempre. Tienen derecho a terminarse. Algunas personas cumplen un ciclo en nuestra vida y cuando eso suceda tenemos que analizar qué cosas de ese lugar no queremos repetir con otras personas. Dejar de repetir la misma película de terror en el amor, implica ver qué medidas debemos de tomar para cuidar nuestros sentimientos.

Culparte por a veces coincidir con el mismo perfil de personas no es una buena opción. Ya que eres consciente de esos patrones, lo que te toca es sanar y perdonarte por esas personas que dejaste entrar en tu vida. Los patrones que hemos repetido en el amor es un recordatorio de que nos merecemos algo diferente a la hora de construir una relación.

Revisa e intenta ajustar tus expectativas en el amor, tienes derecho a tener expectativas, pero, intenta analizar cómo ellas encajan con tu realidad y lo que la otra persona te puede ofrecer. Haz las paces con todas esas relaciones que en el pasado te dejaron herida, haz las paces contigo, para poder avanzar.

Alexa

Terapia de pareja

Terapia sexual

Imágenes Adobe Stock

Loading

Escrito por

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.