Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 27 segundos

La soledad no es tan mala como lo dibujan

Toda mi vida había vivido con: familia, amigas o compañeros de piso, vengo de una casa pequeña donde disfrutábamos de compartir todo entre 5 hermanas, en pocas palabras nada de intimidad teníamos. Siempre he estado rodeada de personas, después de mi intento fallido de vivir en pareja y quedarme sola, fue algo difícil de asimilar. Pero la vida son etapas y gracias a esa etapa de estar sola me ayudó mucho a evaluar otras cosas en mi vida. Mi madre preocupada una vez me preguntó que como llevaba el vivir sola y le dije que era la mejor etapa de toda mi vida, era mi tiempo para estar conmigo y como lo disfrute. Esto puede ser un poco peligroso el querer salir de ahí, ya no quieres estar con cualquiera en casa y mucho menos en tu vida.

Te han vendido la idea de que para ser feliz siempre necesitas estar en pareja. Fue ahí después de una separación y estar sola, comencé a cuidar la relación que tenía conmigo, era mi responsabilidad el aprender a ocuparme de mí y saber estar conmigo en mis peores momentos. Solo yo iba a estar ahí para ser mi aliada. Tenía que contar conmigo, no importa como estaba, solo estaba yo y eso lo entendí en medio de la soledad.

Aprender a contar con uno mismo después de una separación es todo un reto de valientes, es donde tienes que cambiar viejos hábitos y reconstruir nuevos. Comenzar de 0 y con la mejor persona, contigo.

Conozco muchas personas que se escapan de la soledad, hacen todo lo posible para estar ocupados y no estar con ellos mismos, nos vendieron la idea de que soledad era sinónimo de tristeza o no ser queridos por nadie. ¡Mundo cruel el nuestro!

Todos necesitamos esa etapa en nuestra vida de aprender a estar con nosotros. Ese es el tiempo que necesitamos para aprender a mirar los vacíos emocionales que llevamos dentro, centrarnos en los proyectos personales que teníamos abandonados y establecer una relación sólida con nuestro amor propio. Estar en pareja siempre está bien cuando la paz, el amor y el respeto estén presente, si no es así, sal corriendo y quédate contigo. Muchos por miedo a quedarse solos siguen en relaciones donde para nada son felices, donde viven amargados y haciendo que la otra persona pierda su tiempo y su felicidad también. Es un acto de mucho egoísmo quedarnos donde ya no somos felices.

Es mejor solo que mal acompañado

Es mejor solo que mal acompañado, lo hemos escuchado mil veces en nuestras vidas o quizás lo hemos utilizado en algún momento, pero hacer consciente de dicha frase se necesita mucho amor propio y paz interior para entender que no merecemos vivir en guerra con nadie en nuestras vidas. No merecemos estar cerca de personas que nos hagan vivir más tiempo lejos de nuestro amor propio. No es justo renunciar a nuestra paz interior, por personas que en realidad no aportan nada positivo en nuestras vidas.

¿Es tan negativo la soledad?

En nuestra sociedad se ve muy mal que una persona decida estar sola, como si esto fuera parte de nuestras necesidades básicas y deben ser cubiertas con cualquier persona. Algunas personas se visten de la tristeza cuando tienen que enfrentarse cara a cara con la soledad, no saben cómo vivir con esa sensación de estar con ellos y fácilmente pueden llegar a caer en un cuadro depresivo. Lo podemos ver en personas que hacen todo lo posible por estar en parejas, los vemos saltando de brazos en brazos para no estar con ellos mismos.

No todo el mundo tiene la madurez suficiente para escuchar todos los demonios que lleva dentro.

Sola y acompañada se puede ser feliz en la vida

Solo cuando los demás decidan irse notarás lo completa que siempre estuviste en tu vida. Ahí entenderás todo lo bonito que tienes para darte y estar en paz contigo. Para conocerte necesitas verte en todas facetas de tu vida, en pareja y sola.  Verte acompañada te ayudará a ver como eres cuando decides dar lo mejor que llevas dentro, es ahí donde a veces sin querer nos entregamos al desnudo y muchas veces nos olvidamos de nosotras en su totalidad.  Y estar sola te va a permitir cuidarte como te gustaría ser cuidada por otras personas, es darte tú misma el valor y todo lo que te debes en la vida. La soledad me esta ayudando a no elegir a cualquiera en mi vida, es que mucho me costó volver a estar en paz conmigo para dejar entrar a cualquiera. Por eso, si estás pasando por un duelo emocional, no te presiones por encontrar pareja, céntrate en cicatrizar todas las heridas que llevas dentro.

Estar en paz con uno mismo requiere mucho amor propio y ser una persona con mucha inteligencia emocional. La soledad nos ayuda a poner en orden nuestras prioridades, es el hacer todo lo posible para cuidarnos en medio de todo. Ahí comenzamos a darnos cuenta de las cosas que en realidad importan, lo que nos merecemos y que necesitamos para ser felices por completos.

No puedes darle a los demás lo que no sabes darte

Esa es la misión de vida que tengo conmigo, no le puedo dar a los demás lo que aun no he podido darme a mí misma. No puedo estar en paz con otros si no lo estoy conmigo, no puedo amar a otros si no me amo.  Y es que cuando le damos más a los demás automáticamente estamos llevando nuestra vida a vivir desde el apego, donde necesitamos tener a otros para sentirnos completos y eso nos puede joder para siempre la vida.

La soledad cuando es voluntaria siempre aporta bienestar a nuestra alma, nos hacemos conscientes de que es un tiempo para cuidar de nosotras y estar en paz con todo lo que llevamos dentro. Es nuestra oportunidad para reflexionar a solas que es lo que queremos, cómo lo queremos y para qué. Ya no estamos por estar, buscamos alguien que quiera brindarnos paz en todo tiempo porque son cosas que aprendimos a valorar cuando nos encontrábamos en soledad. 

¿Qué aprendiste de la soledad en tu vida?

Alexa ♥️

Loading

Escrito por

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.