Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 22 segundos

Carta para alguien que está en una relación tóxica

Sabes que ahí hace tiempo no es. Llevas una temporada intentando sostener algo que no funciona. Tu autoestima ha desaparecido y tu dignidad como persona está al borde del precipicio por seguir en un lugar donde el amor, el respeto, la admiración y el ser un equipo no están integrados en la relación. Crees que esto es lo único que te mereces en el amor, porque sabiendo que ahí no eres feliz, te cuesta dar ese paso de elegirte a ti misma y quedarte contigo. No es nada fácil irse o reconocer que ese lugar no es para ti.

En el amor necesitamos tener paz a la hora de quedarnos, eso no significa que no vendrán momentos de crisis o desacuerdos, aun así, con eso presente, mereces tener paz al lado de alguien que dice amarte. Necesitamos crear vínculos sanos, de eso es y tiene que ir el amor. Donde hay sufrimiento, dudas constantes, inseguridades que no puedes gestionar, la vida te está diciendo que ahí no es.

En las relaciones tóxicas la dependencia emocional está presente, esa necesidad afectiva de creer que sin esa persona nuestra vida no tendrá sentido. Ahí nace nuestra incapacidad de dejar la relación sabiendo que ahí no somos felices o que quizás nunca lo seremos. Naciste sin esa persona ¿Qué te hace creer que no podrás seguir tu vida sin esa persona?

En ese lugar la manipulación y el chantaje emocional son parte primordial de lo que es la relación. Lo sabes, lo vives y quizás no te cuesta reconocerlo, cuando después de una discusión esa persona cambia y te hace creer que tú eres la culpable de tus actitudes. A veces te sientes culpable de cosas que no dependen de ti, eso es manipulación o chantaje emocional.

Eres pequeña en esa relación, insuficiente. Ahí no te dan ni un poco de todo el amor, respeto, admiración y validación que te mereces en una relación. ¿Por qué sigues ahí?

¿Qué haces ahí? No tienes la menor idea, quizás por miedo, quizás por comodidad. Llevas tiempo intentando dar el paso de irte, de elegirte o ponerte a salvo. No es fácil decidir irte, soltar o apostar por tu bienestar emocional. Pero, si esto es un caos ahora mismo en tu vida, busca donde apoyarte, porque esto es mucho para ti.

Quizás ahora mismo estás normalizando cosas que no deberías normalizar en una relación. A veces esa persona deja de hablarte, te castiga con el silencio, no valida tus emociones o sentimientos. Qué decir cuando te hace sentir que no estás bien de la cabeza. Hasta tú misma, dudas de tu capacidad mental en algunas ocasiones. No es sano estos comportamientos.

El amor ahí desapareció y lo único que se ha quedado para sustituirlo es la falta de respeto. Ahí todo no es negativo, hay momentos de felicidad, cosas bonitas, pero, cuando pones todo esto en balanza, el sufrimiento es mucho mayor y lo positivo desaparece por completo.

Aunque suene muy cliché “el amor no duele”. Lo sabes, pero, no sabes en qué punto de la relación todo se convirtió en un caos que no sabes gestionar.

El amor de tu vida no puede ser alguien que te utiliza o desprecia en algunas ocasiones. Eso no es amor, lo sabes. No es amor que alguien te quiera ahora y a los 5 minutos te trate con indiferencia, haciéndote sentir una extraña a su lado.

Quizás tienes una pequeña esperanza de que la relación pueda volver a ser como era al principio. O que esa persona puede cambiar y ser esa parte perfecta de quien te habías enamorado al principio de la relación.

La vida puede ser muy corta, para elegir quedarnos en esos lugares donde el sufrimiento se hace constante.

Elige quedarte en un lugar seguro, estable y tranquilo para ti, tus emociones, sentimientos y autoestima.

El verdadero amor te hace sentir que eres suficiente y eso lo sabrás, cuando decidas quedarte en un lugar donde tu autoestima no tenga que anularse para que te quieran.

Ten presente tus no negociables en una relación, solo así te será fácil irte donde el amor no es nada sano para ti.

Quédate donde el respeto sea parte de la relación.

Quédate donde el afecto mutuo sea parte de la relación.

Quédate donde te sea fácil confiar en esa persona y viceversa.

Apuesta por un amor donde el compromiso emocional sea parte esencial de la relación.

No dudes nunca más que la reciprocidad debe ser parte integral de una relación.

La intimidad compartida, la complicidad, es parte bonita de una relación sentimentalmente sana.

Para irte de ahí, necesitas aceptar, asumir, con serenidad que en ese lugar es imposible tener esa relación que tanto te mereces. Necesitamos realidad para no seguir en un lugar donde el vínculo no es sano.

Aunque sientes que dejar la relación implica quedarte sola, recuerda, que quedarte contigo misma no es nada peligroso. No hay nada malo en elegirte a ti misma, acompañarte, sostenerte y cuidar de ti. De seguro estarás mucho mejor estar sola que en una relación donde emocionalmente te hacen daño.

Sé más compasiva contigo. Tienes que ser tu verdadero apoyo emocional para irte de ahí. De lo contrario, estarás todo el tiempo perdiéndote dentro de relaciones tóxicas. No estarás triste para siempre, puedes mejorar tu vida, puedes darle otro sentido a tu forma de recibir amor.

Las migajas del amor no alimentan. No nutren para nada. No es lo que necesitas. Ahí no es.

Las relaciones tienen que aportar estabilidad, si llevas tiempo en un lugar donde existen muchas turbulencias emocionales, amiga, intenta no tardar mucho tiempo en irte.

Quizás por tu historia de vida, te cuesta creer que puedes o mereces una relación sana. Deja de dudarlo, si eres digna de un amor estable, bonito y que encaje perfectamente contigo. Eso no es algo que deberíamos de dudar, muchas personas quieren apostar por un amor sano, intenta coincidir más adelante con ese tipo de persona.

Alexa ❤

Fotos: Adobe Stock

Loading

Escrito por

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.