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¿Cómo elegir a una buena pareja?

No hay fórmulas mágicas para elegir bien el amor, incluso creo que nadie en su sano juicio elige mal a las personas que deja entrar en su vida. (claro, aquí hablo de personas sanas, emocionalmente hablando y que buscan construir algo sano con un extraño). Elegir, decidir o dar el paso de dejar que un extraño entre en nuestra vida, yo le llamo deporte de alto riesgo. Porque esa decisión puede condicionar tu vida para bien o para mal. Ojo, tampoco hay que ir con una armadura y creer que siempre vamos a dar con el mismo patrón en el amor.

Soy de las personas que creen, apuestan y confían, que siguen quedando buenas personas que quieren, pueden y están disponibles para construir algo sano, estable y duradero en el tiempo. Aunque lo veas imposible somos mucho más los que creemos en el amor, que los que no. ¡Eso quiero creer!

Antes de ir al supermercado me gusta tener una lista clara de aquello que necesito y de esa manera hacer un presupuesto, evito también perder tiempo y traer cosas innecesarias a casa. (a veces me emociono). En el amor, no deberíamos ir a la ligera y mucho menos olvidarnos de nuestras necesidades afectivas. Eso no significa que estamos buscando a alguien para que venga a llenar algo en nosotros. No, como toda construcción, es necesario tener claro, que tengo, que quiero recibir y qué resultados quiero ver. Tienes que saber tú, solamente tú, que es lo que quieres en una relación.

Me gustaría decirte que existe un truco mágico para elegir bien a una pareja, pero sería una mentira. Conocemos a nuestra pareja en el día a día, cuando dejamos claro que es lo que estamos esperando dentro de una relación.  Cuando nuestros valores y forma de ver la vida se alinean con esa persona.

Esto te puede ayudar a elegir un poco mejor a tu pareja 

¿Qué quiero recibir?

Para mí es imprescindible tener muy claro, que es lo que yo quiero de esa persona. Realiza esa lista desde la mayor honestidad posible e intenta estar a la altura de ella. Muchas veces somos buenos exigiendo y pocas veces sabemos estar a la altura de todo aquello que esperamos fuera de nosotros. Y eso también evita caer en la trampa de la frustración.

No te engañes, todos queremos recibir algo dentro de una relación, reciprocidad, por ejemplo.

¿Qué tipo de pareja soy?

Ojalá, seas el tipo de persona que dejarías entrar en tu vida y si ahora mismo no lo eres, intenta serlo. Uno de los errores que cometemos, es no tener la menor idea de quién soy yo cuando estoy dentro de una relación. El tipo de pareja que eres lo puedes ver con tus exigencias en el amor. Con esas expectativas que tienes respecto a una relación o las personas que dejas entrar en tu vida. Puedes ver tus referencias del pasado, eso te puede ayudar un poco a ver qué cosas te han servido y cuáles no, en relaciones pasadas.

¿Cuáles son mis proyectos en pareja?

Esto no siempre tiene que ver con vivir en una casa grande, con niños, perros y ser felices para siempre. El proyecto en pareja puede ser, el tener una persona para apoyarte, el compartir tu vida al lado de alguien. El ver lo que tenemos y que podemos construir juntos. El proyecto en pareja es el timón para navegar juntos en una misma dirección.

¿Cuáles son las banderas rojas, mis límites, los no negociables?

Conocemos a nuestra pareja cuando en la convivencia vemos cosas que no nos gustan de esa persona. Esas cosas son señales para decir, si ahí vale la pena quedarse o salir corriendo. Esas banderas rojas, son aquellas cosas que no vas a permitir y eso no significa que no ames a tu pareja. Los límites sirven para aprender a ponernos a salvo, incluso cuando queremos a tu pareja.

¿Qué herramientas tengo para construir una bonita relación?

 Todos tenemos algo para aportar dentro de una relación, el punto aquí es ¿Qué cosas tengo yo para que una relación funcione? Ejemplo, asertividad, empatía, saber escuchar, tener diálogos de comunicación, apoyar a tu pareja a cumplir sus sueños. Respeto y admiración.

¿Qué cualidades necesitas ver en esa persona para elegirla como pareja?

Esas cualidades pueden ser cosas en común o sencillamente todo aquello que quieres construir en una relación. Cuando elegimos a alguien, en esa persona hay algo que nos atrae; su forma de ser, su forma pensar, su forma de vivir la vida, su forma de tratar a los demás. Esas cualidades cuando van relacionadas con tu estilo de ser te pueden ayudar mucho a elegir a alguien que camina en la misma dirección que tú en la vida.

¿A quién estoy dejando entrar en mi vida?

Eso solo lo vamos a descubrir con el tiempo, con los hechos, con lo que te hace sentir esa persona. Pero, no dejes de investigar cómo es esa persona con sus amigos, familiares, trabajo. Ojo, todos somos de diferentes maneras en algunas áreas de nuestra vida. Pero, lo negativo siempre se repite en todas esas áreas.

¿Qué necesito sentir para quedarme?

Debes tener muy claro cuales cosas para ti son suficientes para decir, aquí me quedo y quiero que funcione. Ese sentimiento no surge en todos los lugares y eso lo sabemos. Hay sensaciones, sentimientos y emociones que surgen cuando estamos conociendo a alguien. Y eso también son un espejo para mirar hacia dentro y escuchar tu cuerpo.

En resumen

Todos elegimos de diferentes maneras a las personas que queremos que se queden en nuestra vida. No hay fórmulas mágicas y mucho menos te sientas culpable cuando no funciona en algunos lugares. A veces la vida nos presenta a algunas personas para que desde ahí podamos aprender a reconocer lo que en realidad nos merecemos al lado de alguien.

Construir una relación es algo que se aprende estando en pareja. Cuando dos personas hacen lo posible para que la relación funcione, dejan en evidencia que están dispuestos a dar, entregarse, comprometerse y disfrutarse. ¡Suerte!

Alexa ❤

Imágenes de: Adobe Stock

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Escrito por

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.