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¿Por qué quiero estar con alguien que no quiere estar conmigo?

Que complicado se vuelve el amor cuando no es correspondido. Se convierte en un caos donde nos hundimos y nos perdemos en algo que no será y que quizás no puede ser. ¿Quién no se ha enamorado sola/o? ¿Quién no se ha quedado enganchada/o de una relación que dejó de ser? El desamor se ha instalado en muchas ocasiones en nuestra vida y nos ha llevado a sentir cosas que no sabíamos que podíamos sentir en algunos lugares.

A veces por miedo o soledad no queremos soltar lo que no puede ser. Nos cuesta elegirnos porque nos asusta quedarnos a solas con quien somos, creyendo que será un infierno ser nuestra propia compañía.

¿Es obsesión o amor?

Cuando amas, no hay dolor. Porque el amor te hace reconocer cuándo irte. El amor siempre nos pone a salvo. Es muy fácil confundir amor con obsesión, a veces justificamos nuestra forma insana de amar en algunos lugares. Cuando la obsesión se hace presente creemos que sin esa persona no podemos vivir, es como si fuera nuestro aire y sin dicha persona sentimos que nos asfixiamos. Muchas veces esa obsesión tiene que ver con nuestra baja autoestima, esa incapacidad que tenemos en reconocer que merecemos algo mejor.  

El solo hecho de querer amar, te hace suficiente para una relación sana y recíproca.

¿Por qué crees que vale la pena querer a alguien que no te quiere? Es desgastador quedarte esperando un milagro que no va a llegar e incluso estar en lugares donde lo único que te pueden dar es migaja. Te mereces algo mejor en una relación ¿Por qué tienes tantas dudas sobre ello?

El amor no puede ser en algunos lugares, cuesta aceptarlo, pero es una cruda realidad que tenemos que afrontar. Cuando la vida te quita personas, te aleja de algunos lugares ¿No es una señal para elegirte a ti? ¿Qué te hace creer que el amor es sinónimo de dolor? Claro, lamentablemente tenemos unos patrones muy insanos en el amor, donde los mitos del amor romántico navegan en nuestro ADN, ahí nos vemos creyendo que amar es sufrir, que sacrificarse en sano, y que perderse es parte del amor. Nada de eso es real, el amor te rompe, no te hace sentir insuficiente.

¿Ahí vale la pena quedarse?

A veces, los asuntos del corazón se convierten en un caos que no sabemos gestionar. Lamentablemente nuestra historia personal con el amor marca nuestra forma de entregarnos y quedarnos en algunos lugares. Hay personas que el amor no correspondido, la desilusión y las decepciones les persiguen. ¿Será esto una maldición? No lo es, sencillamente tenemos que aprender a reconocer que amar y sufrir a la vez no tiene nada que ver con el amor sano. No vale la pena creer que, si esa persona no se queda, nuestra vida no tendrá sentido. ¿Cuántas personas existen en este mundo y están disponibles para construir una relación sana? Claro, nuestro problema es que queremos todo con alguien que no quiere nada con nosotros y eso más que doler, destroza.

¿Por qué quiero tanto a alguien que no me quiere?

A veces porque ese amor es como la droga, te alimenta, te drena y te da mucha adrenalina. La idealización que tenemos sobre esa persona, creemos que es perfecto, que nadie nos dará lo que esa nos daba. Y que solo ahí podemos ser feliz. ¿Seguro que tu felicidad solo depende de una persona en específica? Cuando idealizamos a alguien colocamos a esa persona en un pedestal y cuando cae de dicho pedestal nos vemos lastimadas.

Idealizar nos hace creer que nuestro mundo solo gira en torno a esa persona. ¿Por qué pones en pausa tu vida por alguien que no se preocupa ni de tu existencia?

Protégete y ponte a salvo

Cuando quieres a alguien que no te quiere, estás llevando a tus sentimientos a la deriva, donde el destino final es caer en la frustración y alejarte por completo de ti. Creas en tu mente un mundo imaginario que no tiene nada que ver con la realidad. No estás a salvo cuando quieres que alguien que no te quiere, te quiera. Pierdes tu dignidad, te quedas en lugares donde emocionalmente te desgastas. Tu vida se convierte en una pesadilla, sufres, sufres, sufres, sufres y sufres.

Deja de convertir el amor en un reto que debes alcanzar

A veces creemos que podemos convencer a alguien para que nos quiera. Es más fácil que te toque la lotería, que convencer a alguien que no te quiera a que lo haga. Hay cosas imposibles en la vida y decidir en los sentimientos de los demás es una de ellas. Te quieren o no te quieren, es algo que surge solo. No se pide. Cuando te enamoras de alguien no sabes explicar por qué eliges a esa persona, porque el enamoramiento es una euforia hormonal que nos descontrola por completo. ¿Es amor o sigues estancada en la fase de enamoramiento?

El amor no te va a pedir algo que no puedes dar.

Para ti

Donde hay muchas señales de indiferencia, sal corriendo incluso sin saber cómo hacerlo. Porque quedarse en esos lugares donde el amor no es correspondido nos JODEMOS la vida. Tampoco te castigues por sentir lo que sientes, tus sentimientos no tienen nada malo. Lo que debes hacer es volcar esos sentimientos en ti. Quiérete bien para que lo puedas hacer en otros lugares. Aférrate a ti, Enamórate de ti. No será un viaje ligero, pero de seguro lo más hermoso que puedes hacer por ti.

El amor tiene que darte seguridad a la hora de quedarte. Estabilidad para seguir en ese lugar y reciprocidad para no desgastarte. No es algo que deberías negociar, querer es entregarse y poner a salvo nuestros sentimientos.

Sé honesta contigo y pregúntate

¿Cuáles son mis patrones en el amor?

¿Qué cosas necesito mejorar en mi forma de amar?

¿Por qué me cuesta aceptar que me merezco algo mejor?

¿Qué hay de malo en elegirme y amarme cuando otros dejan de hacerlo? 

Tengo un libro que te puede ayudar a lidiar y gestionar este tema

Alexa

Imágenes Adobe stock

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Written by

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.