Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 21 segundos

Carta para alguien que ha tocado fondo

Hay situaciones que nos marcan, nos enseñan cuales son los puntos débiles que llevamos dentro y las heridas del pasado que aun no hemos cicatrizado del todo.  Tocaste fondo y te ves ahí luchando por cosas que puede ser que no seas culpable de ellas, la culpa te invade, te lleva a excavar más y más en algo que sabes perfectamente que ya no depende de ti. Excavar te esta llevando a hundirte más en la tristeza, deja de agregar más dolor a tu sufrimiento.

Tu vida ha perdido sentido, te has perdido y no sabes con claridad cual es el nuevo camino que ahora debes transitar, todo dejó de tener sentido. Todo duele y los recuerdos siguen vigente dentro de ti y no te permiten ver con claridad que debes hacer para mejor esa situación. Hay momentos en que nuestra vida emocional parece ser una montaña rusa y nada estático llega.

Cuando tocamos fondo, lo único que tenemos que hacer es subir, claro, subir no es tan fácil, para ello debemos sentir, acariciar ese dolor que tanto nos esta consumiendo y analizar que lección necesitamos APRENDER de esta ETAPA.

Tocar fondo no siempre es algo positivo, es un lugar donde la tristeza constante se hace presente y donde sentirnos vulnerables es todo un arte. Tocar fondo nos hace conocer la altura y también el abismo de nuestras vidas, tenemos dos caras de la moneda para evaluar, ahora nos toca elegir con que nos queremos quedar.

Desde el pozo todo a veces se vuelve oscuro, no tenemos fuerzas para subir, nos cuesta o no queremos subir por miedo a que pasará. Nos asfixiamos creyendo que arriba ya no tenemos un lugar seguro, nos cuestionamos si vale la pena o no cambiar, seguimos luchando con nosotros mismos y con todo aquello que un día dejamos de tener el control absoluto.

Nadie nos preparó para vivir en el fondo, por eso te digo: ese no es tu lugar, tarde o temprano tendrás que Salir de ahí y AFRONTAR aquello que tanto temes.

Cada etapa de nuestras vidas nos prepara y nos mejora para el siguiente nivel de nuestras vidas, así vamos. Tocar fondo es el ante sala a un cambio necesario y urgente de nuestras vidas. No te diré que será fácil, pero esos golpes que nos vemos venir muchas veces son necesarios e importantes para modificar cosas que hace tiempo no queríamos cambiar.

No te presiones por esa situación, todos tenemos derecho a tocar fondo y conocer lo frágil que podemos ser en algunas ocasiones. No es lo peor, aunque lo parezca, te estas descubriendo y conociendo los puntos débiles que tienes como humano que eres.

Es el proceso de la metamorfosis, aunque parezca que todo se esta demorando, esto no te va a destruir del todo.

Tocar fondo es la evidencia de que en ocasiones estuvimos de pie, firmes y estables en nuestras vidas. Debes decidir ahora si quedarte ahí es lo mejor o coger impuso y saltar al cambio.  Sacar esa fuerza requiere mucho amor propio hacia ti y aceptar que a veces todo no saldrá bien en nuestras vidas.

Tocar fondo a veces es vivir una guerra emocional con lo que queremos, lo que nos merecemos y con lo que ya dejó de funcionar. Ahora toca darle otro sentido a todo lo que hemos vivido.

Más abajo no podemos ir y lo sabes, no hay nada más que buscar en la profundidad.

En ocasiones el miedo a revivir esas mismas situaciones no nos permite buscar la luz en medio del tune. Como ser resiliente que eres, siempre aparece la luz si en realidad queremos buscarla.

Siente, acaricia y vive ese dolor, sea por una pérdida material o emocional, los duelos duelen. Cuando perdemos algo que nos llenaba de placer, felicidad y estabilidad emocional es muy normal sentir la sensación de vacío en nuestras vidas. Y reconocer ese vació nos ayudará a ocuparnos de nosotros en medio de esa pérdida.

Sentir el dolor no tiene que ver con adoptar ese dolor y hacerlo parte de nuestro día a día, deja que ese dolor te hable, te responda cosas que necesitas saber, pero no te enamores de esa situación dolorosa.

Saca tiempo para reflexionar sobre ese dolor, analiza hacia donde llevas tu vida ahora mismo y que puedes hacer para mejorar tu situación. Claro, esto es sin darle tanta cabida a la culpa en nuestro presente, nos puede hacer mucho daño si nos aferramos a esas cosas que han dejado de funcionar. Ahora sencillamente en medio de esa situación: VIZUALIZA HACIA DONDE QUIERES LLEGAR.

Caer en el pozo a veces nos aleja de nuestra autoestima, dignidad y estabilidad emocional, no tenemos la capacidad suficiente para tomar decisiones en este momento, por ello, preocúpate más en poner en orden tu estabilidad emocional y ya vendrá lo que tiene que llegar.

A veces o casi siempre cuando hemos tocado fondo no podemos desconectar del todo, desconectar un poco de esa situación nos vendría muy bien para no caer en un cuadro depresivo. Intenta a la misma vez que estas mal hacer cosas productivas, quedar con amigos, ir al cine, darte un paseo. Lo sé, que no tienes fuerzas para nada, pero no te olvides de ti estando en el pozo.

Respetar ese dolor nos permite buscar soluciones fuera y no hundirnos más en ella.

Muchos te piden que seas fuertes y que la vida sigue, tú más que nadie sabe como duele el querer salir de ahí y no saber como hacerlo del todo. Por ello, aunque no puedas salir, intenta subir, aunque te resbales, pero hacer el intento te ayudará a descubrir lo valiente que eres.

¿Qué hacer para salir del fondo?

  • Conectar con lo que se ha perdido.
  • Llorar y hablar de los que nos llevó al fondo.
  • Acariciar ese momento.
  • Amarnos un poco más.
  • Pedir ayuda al mundo exterior.
  • Respetar ese momento doloroso.
  • Analizar que podemos aprender de ello.
  • Dejar ir lo que hemos perdido.
  • Agradecer por tocar fondo, es evidencia de que necesitamos un cambio.
  • No reprimir lo que en realidad estamos sintiendo.
  • Visualizar como podemos salir de ahí.

Alexa ❤

Loading

Avatar del usuario

Escrito por

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.