Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 25 segundos

El momento de decir adiós ¿Quién nos prepara para despedirnos?

Las despedidas son tristes y quien te dice lo contrario miente. Sin duda alguna poner ese punto final con alguien que querías a largo plazo en tu vida, para nada es fácil. Dejar ir lo que se quiere siempre será una de esas cosas duras, difíciles y dolorosas de vivir hoy en día. Las despedidas para siempre duelen y aunque es parte de la vida, nunca estamos preparados del todo para decir adiós o soltar cuando sabemos que ya es el momento de hacerlo. Y aquí entra nuestra lucha interna, el querer retener lo que ya funciona o querer reparar cosas que de seguro fueron rotas por otras personas. Siempre creemos que lo mejor es quedarnos ahí donde las cosas ya no funcionan porque lo nuevo puede ser peor, no, lo nuevo no tiene que ser peor.

Cuando la vida te pide soltar, hazlo, porque sencillamente te está pidiendo espacio para algo diferente que vendrá más adelante. Te cuesta creerlo, porque ves todo oscuro ahora mismo. Solo te puedo decir, si ese amor era para largo plazo a tu lado seguiría. Porque de eso se trata el amor, reencontrarnos con personas que nos merecen y viceversa. No te rompas intentando entender por qué dejó de funcionar.

Cuando llega el momento de decir adiós, soltar o dejar ir, lo mejor que tenemos que hacer es ACEPTAR Y DAR ESE PASO. Lo sé, no es nada fácil dar el paso. Pero, cuando la vida nos pide cerrar ciclos lo mejor es hacerlo, más adelante lo entenderás. Si algo llega a su final es para algo, para dejar espacio a algo mejor, para avanzar de manera más ligera. La vida no está en tu contra, no es un castigo, es la vida. Y aunque te rompas en muchos pedazos, tarde o temprano tendrás que aceptar las cosas tal como son. O sencillamente asimilar lo que ya no es y no será.

Nadie nos prepara para despedirnos. Pero, en terapia puedes ser consciente de aquellas cosas que te cuesta soltar. Si llevas tiempo luchando con tu pasado y evadiendo tu presente, ve urgentemente a terapia. Aprendemos a dejar ir, dejando ir, solo así se hace. Pero, antes de hacerlo, hay que romperse mucho e incluso en muchos pedazos. Perdernos en ese proceso, no entender nada y cuestionarnos muchas cosas. Pero al final con esas grandes decepciones que no vimos venir, aprendemos y no caemos en el sufrimiento cuando la vida nos pide despedirnos de algo o alguien más adelante.

Ojo: te va a doler algunos finales, pero ese dolor no te hará quedarte donde no te quieren y mucho menos pedir lo que otros no quieren o pueden darte. Ahora lo tienes claro, no vas a perder tiempo intentando convencer a nadie para que se quede a tu lado.

En tema sentimental, despedirse de ese amor que parecía eterno, duele. Siempre lo diré, nadie merece despedirse de un ex amor con los ojos llenos de lágrimas, el corazón destrozado y los sentimientos encontrados. Decir adiós debería ser algo fácil, un regalo para que ambos sean libres en otros lugares. Entiendo que a veces se intenta seguir juntos, pero se hace imposible seguir avanzando en la misma dirección. Y que para ambos seamos infelices lo mejor es saber decir ADIÓS A TIEMPO. Porque para salir de la vida de alguien es necesario saber ser PUNTUALES.

Deja de ver el amor como un puzle, amar tiene que ser fácil, elegir a alguien debe ser sencillo. Estar compartiendo nuestra vida al lado de alguien, debe ser una decisión que no te cueste hacer. De ahora en adelante reconstruye tu concepto sobre el amor, deja de verlo como algo tan complicado. Donde dejan de quererte no tienes más nada que hacer. Y no hay nada malo en ti si alguien deja de elegirte.

Cuando todo se vuelve complicado, la diferencia se hace presente. Cuando las traiciones son repetitivas y estar ahí te agote, es el momento para irte. Decidirlo será difícil, dar el paso te va a costar un largo tiempo, pero, la vida es muy corta para quedarnos donde las cosas no funcionan y no van a funcionar. No cargues con cargas que no te pertenecen y no sigas arrastrándote por personas que te han demostrado que sin ti ya son felices.

Para poder soltar es necesario reconocer lo que nos merecemos. Solo ahí cuando nos detenemos y analizamos en donde vale la pena quedarse, soltar no será tan difícil como lo creemos. Pero, todo esto no es nada fácil llevarlo a la práctica, por ello no te presiones, lo harás. Toma tu tiempo necesario, abraza ese dolor y cuando te sientas lista para soltar lo harás.

Cada persona que pasa por tu vida te ha dejado algo, un aprendizaje para que tú mismo te des el valor que otros no han podido darte y sobre todo el poder aprender a quedarte donde en realidad importa.

Cerrar ciclos es necesario para seguir, para sanar, para liberarnos y sobre todo para vivir en el presente.

Rituales para despedir, soltar o decir adiós

·        Busca dos sillas, en una imagina que tienes frente a ti a esa persona que se fue de tu vida, desahógate libremente y saca todo aquello que sientes. Esta técnica se llama la silla vacía.

·        Escribe, siempre he dicho que escribir es un método terapéutico. Nos ayuda a poner nombre a lo que sentimos, cómo lo sentimos y porqué lo sentimos.

·        Ve a terapia, si llevas tiempo mal y no sabes cómo salir de ese bucle, busca ayuda de un profesional. No pasa nada por buscar donde apoyarnos emocionalmente cuando todo va mal.

·        Haz una carta, para esa persona, para esa situación. Puedes enviarlo o quedarte con él y ver más adelante como que pudiste superar esa situación.

·        Ten un grupo de apoyo, donde puedes soltar, hablar libremente de cómo te sientes. Un espacio donde puedas liberarte de esa carga y sentir que no es algo que solo te pasa a ti. 

·        Date tiempo, el suficiente para sanar y el necesario para reconocer lo que te mereces.

Alexa ❤

Imágenes de: Adobe Stock

Loading

Escrito por

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.