
¿Cuándo te vas a detener para ver todo lo que has avanzado?
La autoexigencia como sombra silenciosa de nuestra vida adulta.
Hay una pregunta que repito casi sin querer en consulta, una frase que aparece como un reflejo mientras escucho historias de mujeres que llevan años sosteniendo el mundo sin darse permiso para posar los hombros en ninguna parte:
¿Cuándo te vas a detener para ver todo lo que has avanzado?
La reacción suele ser la misma. Un parpadeo largo. Una respiración que se corta. A veces una risa nerviosa. A veces un silencio que pesa tanto como un duelo. La autoexigencia no permite detenerse. No lo considera productivo. No lo considera útil. No lo considera válido.
La autoexigencia convencional —esa de la lista interminable de metas, la comparación constante, el “no llega, no alcanza, no es suficiente”— es apenas la superficie. Lo que realmente duele es la autoexigencia emocional: esa voz interna que te recuerda, con la crudeza de quien no conoce la ternura, que todavía no eres lo que deberías ser. Que vas tarde. Que aún falta. Que hay que hacer más.
Pero ¿qué pasa si esa voz está equivocada?
¿Qué pasa si no es que vas tarde, sino que nunca te enseñaron a ver tu propio camino?
La vida adulta se siente como correr sin mapa
Crecimos con la fantasía de que la adultez tenía instrucciones. De que sabríamos cómo organizarnos, cómo priorizar, cómo tomar decisiones, cómo ser “responsables”. Pero aquí estamos: haciendo malabares con trabajo, maternidad, migración, relaciones, salud mental, facturas, sueños que todavía no tienen forma y miedos que sí la tienen demasiado clara.
Aquí estamos, sobreviviendo, funcionando, poniendo buena cara mientras dentro hacemos cálculos para que todo cuadre.
Y aun así, en medio de tanta lucha diaria, una parte de ti insiste en que no es suficiente.
La autoexigencia no mira el contexto.
No mira tu historia.
No mira el peso que cargas.
Solo quiere resultados.
La vida adulta, sin embargo, quiere algo distinto de ti: quiere presencia.
Y quizá ese sea el conflicto. Estás intentando vivir una vida humana con parámetros de rendimiento que ni una máquina podría sostener.
La autoexigencia como defensa
Esto puede sonar duro, pero es honesto: mucha gente que es muy autoexigente no lo hace por ambición. Lo hace por miedo.
Miedo a decepcionar.
Miedo a no ser suficiente.
Miedo a ser vista de verdad.
Miedo a que, si se detiene, algo se rompa.
La autoexigencia es, a veces, una forma sofisticada de autoprotección.
Si me esfuerzo más, si hago más, si “me porto bien”, entonces no me abandonarán. Entonces no fallaré. Entonces no tendré que enfrentar la incomodidad de verme tal como soy: humana, imperfecta, cansada, real.
Pero esa lógica emocional tiene un efecto colateral: no te deja descansar.
No te deja celebrar.
No te deja reconocer tus avances porque teme que, si lo haces, “bajes la guardia”.
Y ahí empieza el agotamiento crónico de la vida adulta moderna: funcionamos como si fuéramos proyectos eternamente incompletos, en vez de personas que están haciendo lo mejor que pueden en circunstancias extraordinarias.
La incapacidad de ver lo avanzado
En consulta lo veo una y otra vez: mujeres que han sobrevivido cosas enormes —pandemias, migración, rupturas, pérdidas, maternidades solas, trabajos precarios, ansiedad, trauma, duelos— pero sienten que han “hecho poco”.
Y cuando preguntó: ¿Qué te hace creer que no has avanzado?
Suelen responder con una lista de lo que falta, no con una lista de lo que han logrado.
Porque cuando la autoexigencia toma el control, el progreso nunca es progreso: es una deuda pendiente.
No importa cuántas cosas has atravesado.
No importa cuántas veces te levantaste sola.
No importa cuántas puertas abriste sin ayuda.
No importa cuántos miedos has sostenido mientras hacías lo que tenías que hacer.
La autoexigencia solo pregunta: ¿y lo siguiente?
Y así, el cuerpo vive en una carrera infinita. Una maratón sin meta. Una rutina de agotamiento donde cada victoria dura cinco minutos y cada fracaso te acompaña tres semanas.
A veces no ves tu avance porque nunca nadie te enseñó a verlo
Vamos a ser honestas: ¿quién te enseñó a reconocer lo que haces bien?
¿Quién te enseñó a detenerte sin sentir culpa?
¿Quién te enseñó a mirar tu esfuerzo sin inmediatamente pensar en lo que falta?
La mayoría crecimos en entornos donde lo bueno era lo esperado, lo normal, lo mínimo. Y lo que no funcionaba se señalaba, se corregía, se criticaba.
Por eso cuesta tanto ver los avances: porque creciste viendo solo las carencias.
Porque creciste buscando errores.
Porque creciste pidiendo permiso para existir.
Y porque ahora eres adulta, estás agotada, estás sosteniendo mil cosas, pero tu sistema interno sigue funcionando con el mismo patrón: “no es suficiente”.
La vida no se mide en listas
Si algo he aprendido como terapeuta —y como mujer adulta sobreviviendo este mundo— es que la vida no se mide por lo que hiciste, sino por lo que te sostuvo mientras lo hacías.
La vida se mide en resistencia emocional.
En la capacidad de continuar incluso cuando nada tiene sentido.
En el coraje de pedir ayuda.
En la honestidad de admitir que estás cansada.
En la valentía de ponerte un límite.
En la ternura de no abandonarte por dentro.
Eso también es avance.
Aunque nadie lo vea.
Aunque tú no lo celebres.
Aunque te cueste reconocerlo.
La pausa como acto radical
Detenerte es revolucionario.
No descansar.
No desconectar.
No “darte un respiro” porque te lo ganaste.
Detenerte para verte.
Para registrar tu camino.
Para entender la mujer que estás siendo.
Para honrar la que fuiste.
Para abrazar la que todavía desea algo diferente.
Detenerte no es perder tiempo.
Detenerte es reclamar soberanía sobre tu vida interior.
Es decirle a la autoexigencia: “No me vas a medir más con tus parámetros”.
Una invitación: mírate con la misma honestidad con la que juzgas tus pendientes
Hoy quiero lanzarte una pregunta que quizá nadie te ha hecho así, sin filtros:
¿Y si ya estás avanzando muchísimo más de lo que crees?
Mírate con la honestidad con la que te miras cuando fallas.
Mírate con la seriedad con la que analizas tus errores.
Mírate con la lupa que usas para medir tu productividad.
Pero úsala para ver lo que sí has hecho: todo lo que sostuviste, todo lo que no contaste, todo lo que nadie aplaudió y aun así hiciste.
Porque sí, estás avanzando
Aunque te distraigas.
Aunque te rompas.
Aunque te canses.
Aunque sientas que no llegas.
Aunque la vida vaya rápido y tú vayas a trompicones.
Estás avanzando.
Estás creciendo.
Estás aprendiendo a sostenerte como nadie lo hizo contigo.
No eres la misma que ayer.
No eres la misma que hace un año.
Y eso también merece un reconocimiento.
Por eso te pregunto otra vez, con la voz suave pero firme que me nace del corazón y de la experiencia:
¿Cuándo te vas a detener para ver todo lo que has avanzado?
Porque ese día —cuando por fin lo hagas— no vas a sentir orgullo únicamente.
Vas a sentir alivio.
Vas a sentir verdad.
Vas a sentir hogar.
Con cariño: Alexa Dacier

- ¿Cuándo te vas a detener para ver todo lo que has avanzado?
Tiempo de lectura: 5 minutos ¿Cuándo te vas a detener para ver todo lo que has avanzado? La autoexigencia como sombra silenciosa de nuestra vida adulta. Hay una pregunta que repito casi sin querer en consulta, una frase que aparece como un reflejo mientras escucho historias de mujeres que llevan años sosteniendo el mundo sin darse permiso para posar los … - No eres tu diagnóstico (TDAH, depresión, ansiedad, bipolaridad, esquizofrenia): eres todo lo que sigues siendo a pesar de él
Tiempo de lectura: 5 minutos No eres tu diagnóstico (TDAH, depresión, ansiedad, bipolaridad, esquizofrenia): eres todo lo que sigues siendo a pesar de él Hay algo que casi nadie te dice cuando recibes, o sospechas que podrías recibir, una etiqueta diagnóstica:esa palabra se te queda pegada al cuerpo.Te la dices por dentro.Te pesa.Te asusta.Te da vergüenza.Te hace sentir menos “normal”, … - Cómo sostener, cuidar y estar completa en una relación donde la salud mental es parte de la historia (Adicciones, ansiedad, TDAH, depresión)
Tiempo de lectura: 5 minutos Cómo sostener, cuidar y estar completa en una relación donde la salud mental es parte de la historia Hay algo que casi nadie dice en redes sociales cuando hablan de amor:Estar en una relación donde la salud mental es un tema central no es romance, ni inspiración, ni solo “aprendizaje”. Es trabajo emocional. Es cansancio. … - La salud mental no siempre es un lujo que puedes permitirte
Tiempo de lectura: 5 minutos La salud mental no siempre es un lujo que puedes permitirte Que jodido tener que cuidar tu salud mental cuando no tienes dinero.Esa es la verdad que nadie quiere decir en voz alta. Y no, no es que no quieras parar. No es que no sepas lo que “deberías” estar haciendo. Lo sabes. Sabes que … - No es sentir el problema. Es lo que hacemos con lo que sentimos
Tiempo de lectura: 5 minutos No es sentir el problema. Es lo que hacemos con lo que sentimos Te lo han repetido tantas veces que casi te lo creíste: “No llores”, “No exageres”, “No te lo tomes tan personal”.Y entonces aprendiste, sin querer, a hacer justo eso: a no llorar, a parecer fuerte, a fingir que no te afectan las … - 💜 “Me sostengo”: un diario terapéutico para los días difíciles
Tiempo de lectura: 5 minutos 💜 “Me sostengo”: un diario terapéutico para los días difíciles 100 preguntas y 100 ejercicios para que dejes de huir de ti Hay días en los que el cuerpo pesa más que la vida.Días en los que te cuesta levantarte, hablar o simplemente existir.Días en los que te sorprende seguir de pie, aunque por dentro … - Si alguna vez te preguntaste “¿Necesito terapia?”… probablemente ya la necesitas
Tiempo de lectura: 6 minutos Si alguna vez te preguntaste “¿Necesito terapia?”… probablemente ya la necesitas Hay frases que nadie dice en voz alta,pero que viven ahí, dando vueltas en la cabeza,sobre todo en esos días donde sonríes sin ganas o te levantas sin energía. 👉🏽 “¿Será que necesito ir a terapia?” Y si te lo estás preguntando, te lo … - Los pensamientos intrusivos: Cómo enfrentarlos y aprender a vivir con ellos
Tiempo de lectura: 5 minutos Los pensamientos intrusivos: Cómo enfrentarlos y aprender a vivir con ellos Es probable que todas hayamos experimentado, en algún momento, esos pensamientos que llegan a nuestra mente sin invitación, y que parecen desestabilizarnos por completo. Estos pensamientos, conocidos como pensamientos intrusivos, suelen ser perturbadores, repetitivos y fuera de lugar. Pueden aparecer en momentos de tranquilidad, … - De la Desesperanza a la Esperanza: Estrategias Psicológicas para la Prevención del Suicidio
Tiempo de lectura: 5 minutos De la Desesperanza a la Esperanza: Estrategias Psicológicas para la Prevención del Suicidio El 10 de septiembre es el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una fecha que nos recuerda la importancia de abordar el bienestar emocional y el apoyo a quienes sienten que ya no pueden seguir adelante. Este tema es vital porque … - La Presión de No Saber Si Quieres Ser Madre: Un Viaje Interno de Dudas y Autocompasión
Tiempo de lectura: 5 minutos La Presión de No Saber Si Quieres Ser Madre: Un Viaje Interno de Dudas y Autocompasión La maternidad es uno de esos temas que parecen estar inextricablemente ligados al concepto de feminidad. Desde temprana edad, muchas mujeres se encuentran rodeadas de imágenes y narrativas que glorifican la idea de ser madre. Los cuentos infantiles, las … - ¿Cómo Aplicar el Autocuidado sin Culpa en una Relación de Pareja?
Tiempo de lectura: 6 minutos ¿Cómo Aplicar el Autocuidado sin Culpa en una Relación de Pareja? Las relaciones de pareja pueden ser una fuente inmensa de alegría, apoyo y amor, pero también pueden representar un desafío cuando se trata de mantener un equilibrio saludable entre el bienestar personal y la vida compartida. El autocuidado en una relación no solo es …





